La estrella más cercana

Esta película merece prestar atención a los créditos finales cuando la realizadora Alice Winocour rinde homenaje a todas aquellas mujeres astronautas que han surcado el espacio, pero lo hace con fotografías de las mismas con sus hijos, astronautas y madres que no renunciaron a sus anhelos asumiendo un doble papel en la vida. Porque la película Proxima tiene carácter feminista, reivindica a la mujer en un mundo de hombres y su capacidad para ejercer roles complejos, marcando que la separación de géneros no tiene razón de ser cuando las aspiraciones son las mismas. Pero en esta película todavía queda más evidente esa doble función, la de ser madre y el compatibilizar un sueño con el amor por una hija, por ese fuerte vínculo emocional que hace todavía más difícil la misión, ya que el personaje que encarna con convicción Eva Green deberá entrenarse duramente en Alemania y Kazajistán como preparativo a un viaje a Marte, un espacio de tiempo de un año que alterará la relación entre ambas. Ella y su pequeña de siete años que quedará al cuidado del padre mientras debe prepararse física y mentalmente para aquello por lo que luchó siempre.

Sarah mantiene una buena relación con su ex marido y ambos intentarán que todo transcurra lo mejor posible, pero la ausencia, los afectos, esa sensación de separación dentro de un mecanismo hermético como es el programa al que es sometida, la presión y esa manera distinta de ver las cosas con referencia a sus compañeros, tejen una historia con alta carga sensible en cada momento en que se encuentran y muestran su amor incondicional madre e hija mientras dura el período de adaptación, de convertirse en una máquina de precisión ante un reto tan difícil, el aislamiento al que es sometida una mujer que sufre enormemente ese período que la priva de lo que más quiere.Proxima cae lo justo en el sentimentalismo, es más profunda, ya que Winocour enlaza este nudo anímico con escenas realistas de un hecho poco frecuentado en el cine y que aquí se erige como parte esencial del relato, y que no es otra cosa que lo que sucede en tierra antes de la partida, algo que se adivina como más humano, más real, fuera de los conceptos de la ciencia ficción.

Existe también en este film ese apego a lo terrenal, al aire, a lo conocido, y ese temor a ser olvidado mientras dure el viaje porque el mundo seguirá marchando sin ellos, y duele porque en este mundo se deja lo que más se quiere, la estrella más cercana para una madre que no es otra que su propia hija.