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La mentira y la verdad

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JOJO RABBIT

País: EEUU, 2019.

Director: Taika Waititi.

Intérpretes: Roman Griffin Davis, Taika Waititi, Scarlett Johansson

Cine: JCA Alpicat

★★★★
El jefe de propaganda alemán Joseph Goebbels hizo famosa la frase: “Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad” e hizo un uso profuso de ello en los años del terror nazi. El libro en que se basa Jojo Rabbit, titulado El cielo enjaulado, escrito por Christine Leunens, profundiza en ello cuando señala que “el gran riesgo de mentir no estriba en que las mentiras sean falsedades y, por tanto, irreales, sino que se vuelvan reales en la mente de los demás”. De este modo, el director neozelandés Taika Waititi hace suya la historia de un niño de diez años convertido en un autentico nazi, adoctrinado desde las denominadas Juventudes Hitlerianas, cuyo amigo imaginario y mentor es nada más y nada menos que el mismísimo Führer, papel interpretado por el propio Waititi convertido en un ser ridículo y esperpéntico, como algunas de las secuencias de un film que transita por la comedia y el drama, aunque para algunos no haya sido demasiado respetuoso con un tema tan delicado. Lo cierto es que Jojo Rabbit se construye a través de una sensibilidad humana que te desarma, aportando claves que avanzan hacia la toma de conciencia y que va mostrando paulatinamente al personaje central en su metamorfosis, esa inocencia robada, en descubrir lo más amargo de la vida y de la muerte de un modo directo.

Con una apariencia que recuerda el estilo de Wes Anderson en su estética, en la utilización de lo absurdo, Waititi promueve una compleja imaginería infantil hacia los otros, hacia esos judíos que el fanatismo ha demonizado, algo que el propio Jojo ve derrumbarse ante los acontecimientos que sobrevienen, en la pérdida, en el lío que se forma en su cabeza cuando descubre que su madre piensa en la libertad frente a la crueldad nazi, en esa joven judía escondida en su propia casa que guarda referencias a Ana Frank, a un mundo por descubrir contrario a la intolerancia en un tiempo cruel.

Taika Waititii, al que no se le puede negar un sentido agudo del humor tan interesante como insólito –baste con mencionar el éxito logrado en 2014 con la disparatada crónica vampírica Lo que hacemos en las sombras, convertida en serie–, con su última película mide el horror desde la mirada de un niño que puede distinguir a base de desastrosas vivencias, tan jocosas como lacerantes, quién es quién a nivel humano, regalando finalmente una lección de ética que para sí quisieran muchos adultos, porque la vida sigue y porque una mentira, por mucho que se repita, no siempre ha de convertirse forzosamente en una verdad.

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