Dulzura y temple

La cita anual del Jazz con la Universitat de Lleida se ha saldado de nuevo con éxito rotundo; la sala de actos del Rectorat llena hasta la bandera y casi dos horas de jazz de primera categoría que sonó como nunca en este marco incomparable. Los aficionados jazzísticos más veteranos recuerdan que a principios de la década de los 80 el californiano Dan Barrett vino a actuar entre nosotros por primera vez, así que han pasado casi cuarenta años hasta su segunda visita a Lleida y el artista, bastante bisoño de entonces, ha regresado con un poso de madurez del todo remarcable. Haciendo gala durante todo el show de una técnica interpretativa maravillosa, llena de dulzura y temple, Barrett sacó de su trombón de varas fraseos y melodías que dejaron a todos con la boca abierta.

En el caso de sus contertulios musicales, el cuarteto formado por el saxofonista valenciano Enric Piedro, el batería galo Guillaume Nouaux, el pianista británico Richard Busiakiewicz y la contrabajista y cantante australiana Nicky Parrot, es decir, estilistas procedentes de países dispares, cuya conjunción y compenetración, sin embargo, fue absoluta y cuando de lo que se trató fue de dar rienda suelta a habilidades individuales de cada uno, los resultados prácticos respectivos alcanzaron gran altura artística.

A destacar, especialmente, el papel de Parrott quien, además de gran contrabajista, intervino como solista vocal demostrando su talento. Así como el repertorio escogido para la ocasión, a base de estándares, que también agradó muchísimo, concluyendo el evento con todos los espectadores de pie y jaleando al combo jazzístico en agradecimiento a su entrega y entusiasmo innegables.