La Pobla de Cérvoles a tope

Uno tiene la sensación que nuestros veranos se han convertido en una especie de competencia sin freno a la que se han abocado ciudades y pueblos de este país, pues con la excusa de constituirse en reclamo turístico, más allá del paisaje y del clima, nos están asfixiando con una oferta musical inasumible, ni en tiempo material ni tampoco económicamente hablando. Más allá de esos cartelones luxury de poblaciones estivales de moda de nuestras costas y los de la capital que empalma, inmisericorde, eventos uno tras otro, desde junio a septiembre, podemos rastrear posibilidades más humanizadas en lugares bellos y lo más remotos posible que nos permiten aunar tranquilidad y deleite por encima de otras cuestiones, quizás, más estresantes.

Creo que esa es la línea por la que desde hace unos años se mueve La Pobla de Cèrvoles (Les Garrigues) que con cuentagotas pero con inmensa calidad lleva años ofreciendo unos shows vacacionales gratis de alto standing como el protagonizado este pasado día de la Mare de Déu d’Agost por el Randy Greer Quintet. En una Sala del Foment preciosa, notable sonoridad y buena asistencia de gente, el cantante norteamericano lució sus buenas maneras de singer recreando su amor y una influencia innegable por la figura del gran Nat King Cole de los tiempos de su glorioso trío. Acompañado por unos excelentes Miguel Casany, guitarra; Aleix Alcoendas, órgano; Simonel Zaniol, batería; y Enric Peidro, saxo, Greer desgranó de forma impoluta un repertorio de estándares para todos los públicos, sin duda lo más adecuado para una parroquia seguramente poco iniciada en el jazz como la de esa noche.