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El público, como los músicos, de pie

El público, como  los músicos, de pie

El público, como los músicos, de pieAMADO FORROLLA

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OJC. VERA MARTÍNEZ MEHNER, DIRECTORA. SERENATAS DE CHAIKOVSKI Y ELGAR

Estilo: Clásica

Lugar: Auditori Enric Granados

Día: 21 de febrero de 2021.

★★★★★
El domingo vimos en el Auditori algo extraordinario, como si fuera una inesperada, desconcertante, emocionante sesión de taichí. He visto muchos conciertos de orquestas de cuerda barrocas tocando de pie, pero nunca una orquesta moderna interpretando de esta manera la Serenata de Chaikovski, una obra dificilísima por intensa, por potente, por buena. Vera Martínez Mehner, violinista de uno de los mejores cuartetos del mundo, el Casals, dirigió, desde el violín y con la partitura de todas las voces en el atril, a la cuerda de la OJC tocando de pie (salvo las chelistas, claro). Lo hicieron con una química, una interacción de los músicos, una sensación de ir todos juntos, de pasárselo bien tocando, que se convirtió en un círculo vicioso en el mejor sentido del adjetivo, porque cuando tocas de esta manera todo es muy potente y brillante: el sonido, la expresividad, la energía.. Todo. Después de un primer movimiento musculado, muy ruso, vino un vals para enmarcar por la coquetería con la que se dio un tempo determinado a cada tema; por su aire de scherzo (no por su velocidad, sino por su carácter); por la sensación de que la concertino sabía que lo que hiciera ella lo harían todos; por la clase con la que los músicos supieron llegar tarde en los ritardandos, lo que es uno de los secretos mejor guardados de la expresividad romántica; por un buen rollo que permitía a los músicos saber que harían lo que les diera la gana. Y lo que les dio la gana fue exhibir la genialidad de un Chaikovski que no era bueno en las transiciones (se le veían los puntos en la costura) pero tenía una inspiración imbatible en la melodía y hallaba felicidad en la música pura, como un niño Mozart que canta en un mundo posbeethoveniano. Completó el concierto la Serenata de Elgar, de menos enjundia pero bellísima. Me pregunto si somos conscientes de la cuerda que tenemos. Zaragoza, una ciudad que cuadruplica nuestros habitantes y tiene uno de los mejores auditorios del Estado, no tiene orquesta. Tiene delito que una cuerda tan potente no toque como mínimo un par de veces al mes en el Auditori y los políticos deberían asumir responsabilidades por ese delito. Temía que una obra tan difícil como la Serenata de Chaikovski desbordara a nuestros músicos, pero salí del concierto orgulloso de compartir ciudad con estos artistas.Felicidades a todos. Sois buenísimos.

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