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La conciliación de la vida familiar y laboral depende, cuando hay hijos de por medio, de lo compatibles que sean los horarios del trabajo y de la escuela, así como los respectivos calendarios de vacaciones. En comparación con la mayoría de países de la Unión Europea (SEGRE publica hoy un reportaje con gráficos de este tema), los niños catalanes y del estado español hacen menos días de clase. Son 175 al año, mientras que Dinamarca e Italia llegan a los 200 y otros como Alemania, Reino Unido o Finlandia superan los 185. Por lo que respecta a las vacaciones de verano, España es, junto con Italia e Irlanda, uno de los que tiene más, de 12 a 13 semanas, cinco más que en Alemania, Holanda e Inglaterra. En estos países hay sendas semanas de vacaciones en otoño y finales de invierno, además de las dos de Navidad y una o dos en primavera. Como bien dice la responsable en Lleida de la Federación de Padres de Alumnos de Catalunya (Fapac), Elisa Solé, antes que cambiar en el calendario y horario escolar hay que replantear la jornada laboral. Así, constata que muchos niños son recogidos por sus abuelos a la salida de clase y que “hay padres que piden que en la escuela haya actividades extraescolares todas las tardes”. “Para las vacaciones es lo mismo, si lo que se hace es recortar las de verano y repartirlas entre el curso, teniendo en cuenta que los padres que trabajan tienen un mes de vacaciones, tendrán el mismo problema, solo que en otras épocas del año”. “Deberíamos fijarnos en el modelo que funciona en otros países europeos”, opina. También apunta que la administración debería destinar recursos para adaptar en los colegios espacios de estancia para los niños fuera del horario lectivo. Mientras no haya cambios, habrá que seguir recurriendo a los abuelos y, si no es posible, rascarse el bolsillo para inscribir a los niños en una ludoteca los días sin clase en los que los padres trabajan (un día completo, comedor incluido, ronda unos 40 €) y en extraescolares por la tarde, cuyo coste es muy variable en función de la actividad y las horas, pero difícilmente bajará de los 30 € por mes. Llevamos años debatiendo sobre la conciliación de la vida familiar y el trabajo y ha llegado el momento de comenzar a aplicar medidas para que los padres puedan tutelar mejor la educación de sus hijos sin tener que renunciar a su proyección laboral. No podemos seguir por más tiempo en la cola de Europa en este vital tema.

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