La electricidad, por las nubes

Está siendo la tormenta perfecta: bajas temperaturas que implican un consumo mayor de los sistemas de calefacción en los hogares, reducción de la producción de las energías renovables (por la falta de sol y viento en muchos casos) y la necesidad de acudir, por tanto, a otras fuentes de energía más caras. Este cóctel ha propiciado que el precio de la luz se haya disparado esta semana a niveles que no se alcanzaban desde 2013 y esto lo notaremos en el próximo recibo de nuestras compañías suministradoras. Y no será una subida baladí puesto que el precio medio de la electricidad los once primeros días del año ha sido de 64,23 euros por MWh, una tarifa superior en un 150% al promedio del mismo periodo del 2016. Y es bueno recordar que el consumo supone el 35 por ciento del recibo final, puesto que otro 40% corresponde a los peajes y el 25% restante a los impuestos con lo que el Gobierno grava este servicio. Por ello, y para intentar reducir el gasto en lo que está en nuestra mano, esta semana informábamos del llamado “consumo fantasma”, que es aquel de los aparatos electrónicos que tanto abundan en las casas y que no se acostumbran a desconectar, dejándolos en la función stand by. Así, si nos concienciamos de la necesidad de desenchufar, por ejemplo, aparatos de televisión, microondas, ordenadores, videoconsolas o routers, nos podríamos llegar a ahorrar un promedio de hasta 60 euros al año que, quizá no sea mucho, pero tampoco es una cantidad nada despreciable. Una cuestión de dignidadLa Generalitat, en un ambicioso plan, prevé actuar este año en 42 fosas repartidas por toda Catalunya, entre ellas doce en las comarcas de Lleida, para recuperar restos óseos con los que determinar la identidad de las víctimas de la represión franquista enterradas sin ningún miramiento por diferentes puntos del territorio. Es un derecho de los familiares y un deber de las autoridades resarcir la memoria de las miles de personas asesinadas durante uno de los periodos más negros de nuestra historia reciente.