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Se han cumplido esta semana 40 años de las primeras elecciones democráticas, pero también de las primeras manifestaciones para reivindicar la libertad sexual y el derecho a elegir la propia opción, mientras se celebra la quinta edición del World Pride que convierte a Madrid en la capital del orgullo gay. España figura entre los países más avanzados en el respeto a la diversidad y la protección de las diferentes opciones sexuales, con la aprobación del matrimonio homosexual en 2005, que incluía la adopción por personas del mismo sexo, y la ley contra la homofobia aprobada por el Parlament de Catalunya para castigar la intolerancia. Pero aún queda mucho por recorrer y a pesar de estas leyes y del consenso social en rechazar cualquier caso de homofobia, siguen registrándose casos de discriminación social o laboral y desgraciadamente también de agresiones contra los colectivos homosexuales. Por ejemplo en Lleida hemos visto cómo en los últimos días un obispo aprovechaba su púlpito para hacer manifestaciones claramente homófobas que tuvo que rectificar, un profesor de Filosofía que hablaba en clase en términos claramente despectivos sobre la homosexualidad y también tuvo que rectificar gracias a la valiente reacción de los alumnos, y por último hemos visto cómo en Arbeca una pareja de lesbianas era cobardemente agredida en el tercer caso registrado este año en las comarcas de Lleida. Son episodios que muestran cómo a pesar de los avances, todavía quedan en nuestra sociedad más actitudes homófobas de las deseables y que son tanto más condenables cuando proceden de personas que supuestamente tienen que formar a otras, como es el caso del obispo o el profesor aludidos. Queda camino por andar en casa y debemos afrontarlo con decisión y valentía, pero sobre todo en el mundo, donde todavía hay 72 países donde la homosexualidad es perseguida y criminalizada, con el agravante de que en ocho países se castigan con la pena de muerte las relaciones entre personas del mismo sexo, es una barbaridad que obliga a plantearse si estamos en una sociedad civilizada y qué tipo de derechos humanos garantizan las instituciones internacionales. Algunos colectivos dicen que el orgullo gay se celebra cada día y no solo en una fecha, y todos deberíamos sumarnos al respeto y la tolerancia y al reconocimiento de las personas al margen de su opción sexual.

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