Una reforma con poco recorrido

La mayoría soberanista aprobó ayer en el Parlament con una tramitación en lectura única la reforma de la ley de presidencia que en la práctica permitiría la investidura a distancia de un candidato sin necesidad de que esté presente o participe en el debate. La reforma se ha aprobado pese al pronunciamiento en contra y por unanimidad del Consell de Garanties Estatutàries, la advertencia del Tribunal Constitucional, el anunciado recurso del Gobierno y hasta el mismo reglamento del Parlament que tendrá que ser modificado en otra reforma que a través de una enmienda de última hora se deja para más adelante por su misma complejidad. La mayoría parlamentaria se ha impuesto a la legalidad vigente para hacer posible la investidura de Puigdemont creando un nuevo marco que la haga viable sin necesidad de participar en el debate, pero hasta en las filas soberanistas se considera que esta reforma no podrá aplicarse, que esta investidura en estos momentos es inviable y que el objetivo es mostrar la contumacia del Estado español en negar los resultados del 21-D, su rechazo a aceptar el candidato con más apoyos y respaldar la legitimidad de Puigdemont. Como seguimos con la política de gestos y apurando los plazos, es previsible que hoy los diputados del JxCat vuelvan a proclamar candidato a Puigdemont en base a la ley aprobada y habrá que ver si cuando esta reforma sea recurrida y anulada designan otro candidato viable, aunque sea tutelado desde Berlín, o nos vemos abocados a otras elecciones que nadie dice querer. Comisión masculina Después de la indignación popular ante la sentencia de La Manada, el ministerio de Justicia se apresuró a anunciar una reforma del Código Penal, dando por hecho que estábamos ante un problema de textos legales y no de mentalidad, pero ha demostrado muy poca sensibilidad porque ha encargado la reforma a la sección penal de la comisión general de codificación con veinte vocales... y todos hombres. Ante las críticas porque no hubiera ninguna mujer se anuncia la incorporación de catedráticas y mujeres juristas, pero este inicio refleja demasiada improvisación.