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La nueva vicepresidenta del PDeCAT y diputada en Madrid, Míriam Nogueras, lo dejó muy claro cuando contestó con un taxativo la pregunta de que si con la nueva dirección del partido iban a ser más exigentes para mantener la continuidad del gobierno de Pedro Sánchez. De hecho, su ascenso se vincula a la exigencia de Puigdemont de tener alguien de su confianza al frente de un grupo parlamentario que hasta ahora consideraba moderado y no es ningún secreto que el expresident y Marta Pascal discreparon sobre el voto de apoyo a la moción de censura. Se impuso el criterio de la coordinadora frente a Puigdemont que prefería la continuidad de Rajoy para acentuar las contradicciones y mantener las movilizaciones, y Marta Pascal ya no está al frente del partido, y el grupo parlamentario del PDeCAT endurecerá su posición. Pero nadie olvida que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa gracias a los votos de toda la oposición, entre los que están los ocho diputados del PDeCAT, cuyo apoyo lo necesita para sacar adelante sus propuestas y evitar derrotas parlamentarias todas las semanas. A la vista del cambio, la ministra portavoz Isabel Celaá afirmó que “no se puede resistir más allá de lo razonable” dejando la puerta abierta a un adelanto electoral, aunque después el mismo Sánchez matizó asegurando que mantiene sus compromisos y confía en el apoyo de sus socios, y también desde Catalunya suavizó su postura la consellera portavoz Elsa Artadi, asegurando que mantendrán su apoyo a la estabilidad “siempre que vaya acompañada de pasos adelante”, sin concretar cuáles son estas condiciones. De momento, este viernes se plantea el primer reto para Sánchez con la votación de los nuevos objetivos de déficit, pactados con Europa con un incremento de cinco décimas, de las cuales dos se destinarían a las comunidades autónomas, dos a la Seguridad Social y la última a las arcas del Estado. Para las finanzas catalanas representarían 460 millones extra que no ingresarían si votan en contra y no se aprueba el nuevo déficit. Para los posconvergentes “queda lejos de lo querríamos” y tanto ellos como Esquerra pueden añadir más peticiones sobre los presos o sobre las reivindicaciones soberanistas, pero son conscientes de que estos 460 millones es mejor que seguir como hasta ahora y valoran que habrá más ocasiones para marcar diferencias con Sánchez. ¿Volvemos a la táctica del “peix al cove” o forzarán el adelanto electoral?

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