SEGRE

Creado:

Actualizado:

Las desavenencias de la semana pasada entre JxCat y ERC, los dos socios de gobierno, con cruce de descalificaciones, se ha traducido esta semana en una decisión insólita: se cierra el Parlament hasta octubre y no habrá ningún pleno hasta que se celebre del 2 al 4 de este mes el debate de política general. No es una buena decisión cerrar ninguna institución democrática y menos aún que lo sea para evitar diferencias entre los dos grupos, cuando precisamente el Parlament debería ser el foro para debatir e intentar superar diferencias, porque en estos momentos políticos refleja cierta incapacidad para superar la situación, optando por la decisión más drástica: para no discutir, no nos reunimos hasta que nos pongamos de acuerdo. También es una mala decisión desde el punto de vista institucional porque este cierre de tres meses menoscaba el papel del Parlament y le reduce a un apéndice de lo que hayan decidido las cúpulas de los dos partidos en el gobierno, y refleja una falta de operatividad que perjudica su imagen ante la ciudadanía. Pero es que además, con este cierre se impide a los parlamentarios cumplir una parte del trabajo para el que fueron elegidos, y si ya es preocupante que no haya iniciativas legislativas, aún lo es más que tampoco pueda ejercerse la labor de control del gobierno, que corresponde a la cámara y que es fundamental en cualquier sistema democrático. Han querido evitar la escenificación de sus discrepancias, pero la decisión tomada, el cierre durante tres meses, aún es peor para la institución. Menos paro, más precariedad Los datos de la Encuesta de Población Activa difundidos el jueves muestran como en el último trimestre ha habido una creación récord de empleos: 469.000, con lo que la tasa de paro retrocedió al 15,28 por ciento, que en Catalunya es del 11,4 y en Lleida el 10,81, las más bajas de los últimos diez años. El dato es bueno, pero cuatro de cada diez empleos creados corresponden a la hostelería y al sector turístico, con la temporalidad que conlleva, y entre los nuevos ocupados predominan los contratos temporales. Se crea empleo, pero con más precariedad.

tracking