Demasiados interrogantes

El imán de Ripoll y cerebro de los atentados de Barcelona y Cambrils del 17-A, Abdelbaki Es Satty, recibió cuatro “visitas policiales” en el centro penitenciario de Castellón I, donde cumplía condena por tráfico de drogas. Tres de ellas fueron entre los meses de abril y junio de 2012 y la cuarta y última el 17 de marzo de 2014, un mes antes de que quedara en libertad.

Así consta en un informe de Instituciones Penitenciarias –depende de la cartera de Interior del Gobierno– en el que constan los números de identificación de los policías. Paralelamente, cuatro días después de los atentados del 17 de agosto del pasado año, los Mossos d’Esquadra remitieron al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu un dossier en el que desgranaban los antecedentes de cada uno de los miembros de la célula que atentó en Barcelona y Cambrils.

Pese a su detención en 2010 por tráfico de drogas y la condena de cuatro años de prisión, los agentes no hallaron en las bases de datos policiales antecedentes de Abdelbaki Es Satty. Por qué ambas cuestiones no han sido aclaradas es inquietante, y por mucho que ante los atentados terroristas lo que haya que primar es el dolor de las víctimas y la unidad policial y social ante esta lacra, no es menos cierto que lo primero que debe conocerse es la verdad, en honor de los muertos y sus familias y como prevención de cara al futuro. Y en los atentados de Barcelona y Cambrils existen demasiada preguntas sin respuesta. Primarias en el PSC La ejecutiva local del PSC de Lleida rubricó ayer lo que hace días se sabe: habrá primarias para decidir el sucesor de Àngel Ros al frente del ayuntamiento en el impasse hasta las elecciones municipales del próximo año y la persona que escoja la militancia será también el candidato o candidata de los socialistas en los comicios locales.

La verdad es que desde el punto de vista de la salud democrática de estos procesos es la mejor solución. Son los afiliados del PSC los que deben tener la última palabra sobre quién creen que les representará mejor, tanto ahora con la vara de alcalde, como después para intentar conservarla.