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La Fira de Sant Miquel y Eurofruit arrancó ayer y se prolongará hasta el próximo domingo, con una superficie de 64.000 metros cuadrados, 10.000 para los tractores, que solo acuden una vez cada dos años, 325 expositores y un aumento de empresas del sector de la automoción, el viverismo y las dedicadas al regadío. Además, esta campaña el sector de la fruta registra los mejores precios en los últimos cuatro años, desde el veto ruso, por la disminución de la producción. Es más, la menor oferta de fruta de hueso ha llevado a que países que son competencia directa de Lleida, como Italia, hayan demandado fruta a los productores leridanos. El certamen leridano, que superó con nota los años de crisis ya que el sector agroalimentario es el que mejor aguanta los vaivenes económicos, afronta ahora otra época de crecimiento que debe reafirmar la capitalidad leridana de la agricultura y ganadería catalanas, además de asentar y renovar todo el sector productivo, con el objetivo de expandir su potencial primario a todos los sectores derivados de la agroganadería y la agroindustria. Potencial, talento, innovación y estructuras no le faltan a Ponent, pero es preciso canalizar estas energías con los instrumentos comerciales del presente para así garantizarse al futuro. La internacionalización es sin duda uno de los objetivos que Fira de Sant Miquel ya está cumpliendo con la presencia de expositores de Francia, Portugal, Polonia o Guinea y la demanda de asistentes profesionales de Nigeria, Qatar, Pakistán o la India. Lleida vende en medio mundo y garantizar o ampliar las exportaciones es básico para el mercado, pero tanto la fruta, como el cereal, el porcino, el vino o la agroindustria tienen todavía un largo camino por recorrer para no solo asegurar el precio al productor, sino para que todos los sectores intermedios hasta llegar al comercio detallista puedan incrementar sus beneficios y proyectar industrias secundarias que amplíen los negocios. Las grandes cadenas se están apoderando del sector primario y cooperativas, asociaciones de productores y administración deben equilibrar este desfase actual. Por tanto, Fira de Sant Miquel y Eurofruit ha de seguir ayudando y marcando el camino a los agricultores y ganaderos leridanos, que son los que más han contribuido al desarrollo agrario y general de Lleida desde finales del siglo XIX.

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