Tasas contra el progreso

Todos queremos avanzar hacia un mundo más justo y sostenible pero es evidente que no hay unanimidad sobre las fórmulas para conseguirlo y hacerlo compatible con la actividad, el desarrollo e incluso el progreso humano y es normal que se planteen serias contradicciones sobre las prioridades a potenciar en la acción pública. Lo que no parece tan razonable es que se proponga gravar con nuevos impuestos la mayoría de actividades que se desarrollan en las comarcas que durante muchos años han sido las más deprimidas de Catalunya y que están cimentando su desarrollo en estas actividades que se quiere desincentivar. Asociaciones que han desarrollado una encomiable labor en la defensa del medio ambiente como Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO Birdlife, WWF y Amigos de la Tierra han elaborado un documento en el que piden que se creen nuevos impuestos para desincentivar la práctica del esquí alpino, con un recargo por cada forfait, otro sobre las pernoctaciones en establecimientos turísticos que se añada a la tasa turística que ya se aplica, otro para gravar la práctica de la caza y un cuarto que penalice la producción de purines. O sea, nuevos impuestos para las actividades que generan riqueza en las comarcas de Lleida para conseguir, en su opinión, un mundo más justo y sostenible. No podemos estar de acuerdo y cabe esperar que tampoco las administraciones públicas escuchen estas peticiones porque entre otras razones van radicalmente en contra de las políticas aplicadas hasta ahora. El esquí es una riqueza para las comarcas de montaña que ha permitido mantener o recuperar población y atraer turismo, de la misma forma que la caza es un deporte con millones de aficionados que respetan el medio ambiente y en estos momentos ayudan a combatir la proliferación de jabalíes y con respecto a los purines, hay serias restricciones a la implantación de nuevas granjas y se buscan fórmulas para su aprovechamiento, favoreciendo su uso en la producción de energía y como fertilizante orgánico que pueda sustituir a los químicos. Lo importante en las cuatro tasas planteadas por los ecologistas es que haya una regulación y que se aplique, sin necesidad de implantar nuevos impuestos que solo perjudicarían a los habitantes de estas comarcas, que son precisamente los primeros defensores del medio ambiente y los más interesados en conservarlo y protegerlo porque es el suyo.