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Apenas 45.000 personas, según la Delegación del Gobierno de Madrid, se concentraron en la mañana de ayer en la plaza de Colón de Madrid y calles próximas para exigir a Pedro Sánchez que convoque elecciones y que acabe con las “cesiones” a los independentistas, que defienda la unidad de España y la Constitución de 1978 y que pague por su “traición a España”. Según fuentes del PP, la suma de los asistentes en la plaza y las calles adyacentes fue de 200 mil personas. Una concentración convocada por los presidentes del PP, Pablo Casado, y de Ciudadanos, Albert Rivera, a la que se sumó Vox y a la que acudieron otros partidos como UPyD, Foro Asturias, Partido Aragonés o Unión del Pueblo Navarro (UPN) y la Falange, además de otros grupos de extrema derecha. Con la poca asistencia a este acto, los españoles de a pie mostraron más sentido común que muchos de sus representantes políticos y permiten creer que el clima de odio y enfrentamiento que fomentan las agrupaciones convocantes obedece más a sus intereses partidistas y de poder que a la que se presupone que es la máxima responsabilidad de la clase política, que no es otra que el bien común, el progreso colectivo y evidentemente el no atizar confrontaciones ni odios. Toda una lección de la ciudadanía que harían bien en atender tanto PP y Ciudadanos, como el propio PSOE, a quien por historia y tradición democrática corresponde volver a encontrar la senda del diálogo con Catalunya, que lleva casi diez años saliendo a la calle concentrando a millones de personas para pedir una solución a su encaje en España, nunca resuelto. La voz de los alcaldes Mientras en Madrid se pedía más prisión para los independentistas y para el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Barcelona, la alcaldesa, Ada Colau, y más de 400 alcaldes de Catalunya, entre ellos muchos de Lleida y de diferente color político, pedían todo lo contrario, es decir “una solución política” para Catalunya y evitar toda involución a un pasado de infausto recuerdo en la historia de España. El juicio arranca mañana y solo el diálogo y la negociación evitarán más fracturas.

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