Despoblación, la gran amenaza

Que un comercio cierre no es que sea una noticia de alcance, pero cuando este establecimiento es el único de una población significa que sus habitantes pierden algo más de un servicio de proximidad que les evitaba tener que desplazarse a ciudades próximas y mejor equipadas. Este es el caso de una tienda del municipio de Torrefeta i Florejacs, concretamente Ca l’Agullé, en el núcleo de Sedó, que bajó su persiana por última vez el pasado viernes. Era el último comercio de comestibles que permanecía abierto en los trece pueblos que conforman este municipio de la Segarra, problemática que afecta a otros cuarenta ayuntamientos leridanos que tampoco disponen de ningún establecimiento para hacer las compras básicas. Y si a la falta de este tipo de servicios le sumamos la carencia de escuelas, consultorios médicos, peluquerías o sucursales bancarias, por poner solo algunos ejemplos, está claro que estos núcleos están seriamente amenazados por el fantasma de la despoblación.

Precisamente esta semana, un informe del Centre d’Estudis Demogràfics de la Universitat Autònoma alertaba de que el Solsonès, la Noguera, la Segarra, el Urgell y Les Garrigues son las cinco comarcas catalanas con más problemas de despoblación, amenaza que se agravará en la próxima década por el paulatino descenso de la natalidad y el aumento de la mortalidad, dado el nivel de envejecimiento de su población. Ante este sombrío panorama, es necesario que las administraciones implanten ya medidas para arraigar a los habitantes que viven en estos pueblos, a la vez que incentiven la llegada de nuevos vecinos, asegurándoles que tienen a su alcance, bien en el municipio o a pocos kilómetros, los mismos servicios que cualquier ciudadano, habite donde habite, puesto que pagan los impuestos como cualquier otro contribuyente. Asimismo, también es indispensable que las nuevas tecnologías lleguen a todo el territorio en óptimas condiciones para que cualquier profesional que requiera de ellas no tenga que desplazarse y abandonar su lugar de residencia para hacer frente a su trabajo. El futuro se intuye negro, por lo que es necesario implementar con carácter de urgencia actuaciones que eviten que se cumplan los peores augurios.