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Las elecciones que vienen se presentan aún más apasionantes que las del 28 de abril porque el poder en juego es más próximo, hay más aspirantes que en unas generales y, sobre todo, están más igualadas las fuerzas, como mostraba la encuesta del jueves del CIS con extrema igualdad en las grandes capitales, cuyas alcaldías se decidirán en función de los pactos postelectorales. Es lo que pasa en Lleida, donde se presentan unas elecciones muy abiertas en las que la participación puede acabar siendo decisiva y donde puede pasar de todo a tenor de los sondeos preelectorales. Hace cuatro años, pasamos de una Paeria con solo tres grupos, PSC, CiU y PP y mayoría absoluta de Ros, a un consistorio muy fragmentado con siete grupos representados y un mandato en el que Ros, primero, y Larrosa, a partir del último verano, han tenido que apoyarse en los concejales de Ciudadanos o del PP para conseguir mayorías. Todo apunta a que la fragmentación se mantendrá y conviene recordar que, hace cuatro años, Iniciativa se quedó a ocho décimas de entrar en el ayuntamiento por no alcanzar el tope del 5 por ciento exigido por ley para obtener representación. Con participación alta, hace cuatro años fue del 54 por ciento, harán falta más votos para superar este tope y las formaciones minoritarias con un voto fidelizado pueden verse perjudicadas, mientras que si la participación fuera baja, con unos 2.500 votos podrían acceder a la Paeria. Descartada la posibilidad de mayorías absolutas, tal como ha sucedido estos últimos cuatro años, se perfilan dos grandes bloques a la hora de pactar y la cuestión es cuál de los dos sumará los catorce concejales necesarios, teniendo en cuenta que hay hasta cuatro listas independentistas, JxCat, ERC, Crida-CUP y Primàries, a las que se podría añadir el Comú, mientras que al PSC, aunque siga siendo el partido más votado, no le queda otra opción que seguir buscando los apoyos de Cs y PP, teniendo en cuenta que los independentistas ya han descartado cualquier pacto con el PSOE. Otra cuestión a dilucidar es si ERC mantendrá el tirón que ha mostrado en las últimas generales y que le han convertido en la fuerza más votada porque, si se repitieran esos resultados, tendrían la Paeria en sus manos, pero también conviene recordar que no estamos ante una segunda vuelta, que en las municipales se vota en clave diferente, que varía la participación y estamos ante otros candidatos.

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