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Por quinto año consecutivo, Hacienda ha publicado la lista de contribuyentes que le deben más de un millón de euros, integrada este año por 4.028 contribuyentes, personas físicas o sociedades, que adeudan nada menos que 14.100 millones de euros. Hay que señalar que hay menos morosos y que el montante de la deuda también ha disminuido un 7,35 por ciento, pero también es obligado destacar que la deuda con el fisco ha llegado a niveles escandalosos porque el total de lo adeudado, 14.000 millones, es por ejemplo el equivalente de lo que cuesta a la Seguridad Social pagar las pensiones a todos los jubilados durante un mes. El objetivo de difundir esta lista era disuasorio, de forma que la inclusión de sus integrantes sirviera de reproche moral y forzara a los morosos a regularizar su deuda, y algo parece que se está consiguiendo porque el 42% de los que aparecían en la primera lista de 2015 ya no figuran porque han conseguido cancelar su deuda total o parcialmente o han negociado un aplazamiento, aunque también hay que valorar que el 58% continúa en la infausta lista y este año han desaparecido 745 morosos que ya figuraban el año pasado, pero se incorporan 455 que no estaban en el ejercicio anterior. Es significativo que el 40% de los integrantes en la relación sean del sector de la construcción y que una década después del estallido de la burbuja inmobiliaria, no solo no se han recuperado sino que mantienen deudas con Hacienda que, por ejemplo, en el caso de la promotora Reyal Urbis llega a los 353 millones o a más de 50 en los de Martinsa-Fadesa y Nozar con inversiones fallidas en nuestras comarcas y llama la atención el nivel de morosidad alcanzada para adeudar tales cantidades sin que Hacienda haya actuado con la misma celeridad y rapidez con que procede con un particular cuando su declaración de renta sale positiva. Un segundo gran bloque de entidades morosas corresponde a sociedades deportivas como la antigua Unió Esportiva Lleida o el Lleida Bàsquet o sus homónimas en otras provincias, que han desaparecido dejando deudas incobrables que afectan básicamente al fisco y que nunca llegará a cobrar, al coincidir la irresponsabilidad de algunos gestores con la complacencia de la administración pública. Y por último quedan clásicos como Mario Conde o Rodrigo Rato y famosos como Paz Vega, Sito Pons o Patricia Conde que sí deberían afrontar una reprobación social.

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