SEGRE

Creado:

Actualizado:

Hace semanas que los expertos avisan que llega el lobo de la recesión y una nueva crisis económica, pero entre el final del verano, las reiteradas campañas electorales y las movilizaciones independentistas, aquí nadie toma más medidas que sentarse, esperar y ver si escampa. Pero todo apunta a lo contrario y hay serios nubarrones en el futuro económico mundial que ayer se plasmaron en datos muy negativos de dos indicadores básicos: el mercado de valores en todas las bolsas occidentales y el mercado laboral en España. Cayó el Ibex un 2,77 por ciento en la mayor bajada de los dos últimos años, siguiendo la tónica marcada por Londres, París o Frankfurt y refrendado con la apertura de Wall Street, a remolque de los temores por la desaceleración económica, las guerras comerciales desatadas por Trump, las posibles represalias chinas y sobre todo la amenaza del Brexit, que nadie sabe cómo acabará. Las consecuencias para la economía española son evidentes porque la crisis con Gran Bretaña afectará a los dos motores de nuestra economía: las exportaciones y el turismo, que en mayor o menor grado se resentirán de la salida británica de la Unión Europea. Si a esto añadimos que también se acabará el chollo que representaba el petróleo barato, que ya está subiendo, y que la rebaja del dinero decretada por Draghi sigue sin llegar a la microeconomía, se entenderá que se rebajen las previsiones de crecimiento, con bajadas de cuatro décimas según el Banco de España y tres décimas más el Consejo General de Economistas, y que en Alemania ya teman entrar en recesión. El segundo indicador negativo de la jornada ha llegado con los datos del paro de septiembre, un mes tradicionalmente malo para el mercado laboral por el fin de las campañas agrícola y turística, pero que ha sido el peor de los últimos seis años, no solo porque haya aumentado el paro en 14.000 personas en España, 1.205 en Catalunya y 589 en Lleida, sino porque la creación de empleo ha estado bajo mínimos con solamente 3.224 altas en la Seguridad Social. Los mismos responsables de Trabajo admiten que hay síntomas de desaceleración y de enfriamiento en el mercado laboral, algo especialmente preocupante cuando tenemos 3,07 millones de parados y grandes empresas anuncian regulaciones de empleo. Sin que haya dado tiempo a percibir que hemos salido de la crisis, todo apunta a que entramos en otra con nuestros gobernantes en funciones.

tracking