Presupuestos y elecciones

Después de la bronca parlamentaria del lunes y la tregua del martes con las declaraciones de los dirigentes presos, le tocaba ayer pronunciarse al presidente Torra y se especulaba con la posibilidad de ruptura y elecciones anticipadas, priorizar los presupuestos y mantener el equilibrio u optar por una remodelación del ejecutivo para castigar al socio díscolo. Al final, Torra ha optado por el camino del medio: por una parte considera la legislatura agotada pero espera a que se aprueben los presupuestos presentados como el gran logro del período, por otra, acusa a sus socios de ERC de deslealtad por haber apoyado la retirada de su acta como diputado, pero al mismo tiempo hace llamamientos a la unidad imprescindible para funcionar como gobierno y finalmente acusa al Estado de autoritario y represor, pero mantiene su entrevista con Pedro Sánchez para comprobar si el ejecutivo español quiere respetar los principios democráticos más elementales. El resultado es que ayer mismo se aprobaron los presupuestos para este ejercicio en un Consell Executiu que se presume tenso tras las acusaciones de Torra, que no tuvieron respuesta oficial por parte de Esquerra y se intentará agilizar la tramitación parlamentaria para que puedan estar aprobados a primeros de abril, de forma que las elecciones pudieran celebrarse antes del verano, aunque Torra se reservó la fecha de convocatoria. No tenía más margen de maniobra teniendo en cuenta que llevamos tres años sin presupuestos, que tras una negociación laboriosa se ha conseguido el apoyo de Catalunya en Comú que facilitará su aprobación y que son muchos los sectores que reclamaban unos presupuestos expansivos como los que se han presentado. En consecuencia, no se podía tirar este esfuerzo por la borda y adelantar elecciones dejando al país otro año sin presupuestos, pero también ha quedado clara la ruptura entre JxCat y ERC y que la acción de gobierno en los meses que faltan para las elecciones quedará supeditada al debate presupuestario e incluso a la precampaña electoral en la que de facto ya estamos inmersos. Con la decisión de Torra se ha adelantado unos meses el calendario previsto que vinculaba las elecciones a la confirmación en el Supremo de su inhabilitación y sin duda también ha influido en esta convocatoria diferida la falta de un candidato claro en las filas de JxCat. Será la incógnita a despejar en las próximas semanas.