El bloqueo del Morera

Hace doce días el alcalde Pueyo amenazó a las empresas adjudicatarias del Museu Morera con llevarlas a los tribunales en los próximos días si no reanudaban las obras paralizadas desde el verano y cumplían sus compromisos. Han pasado doce días y ni se han reanudado las obras, ni la Paeria ha llevado el tema a los tribunales y ayer el primer teniente de alcalde Postius instaba a las empresas a que reanudaran las obras conforme al proyecto inicial y a expensas de que se apruebe el modificado con un sobrecoste de 400.000 euros, apelando incluso al carácter leridano de las tres empresas de la UTE y que estamos ante un proyecto emblemático para la ciudad. Postius rebaja el tono del ultimátum y, aunque avisa que “el incumplimiento puede comportar penalizaciones, nuestra voluntad no es imponer sanciones, sino que se reemprendan las obras”. Habrá que ver la respuesta de las empresas, pero tras la advertencia inicial insistieron en la necesidad de modificar el proyecto, que en su opinión presentaba deficiencias, y adaptarlo a la preservación de las adoberías encontradas, y de hecho no han dado un paso para reanudar las obras. Seguimos donde estábamos, con las obras paradas desde el verano, los plazos corriendo con el riesgo de perder las subvenciones de fondos europeos si no se acaban las obras en los tiempos previstos y la evidencia de que llevar el caso a los tribunales aún puede bloquear más las obras con un pleito complejo, que se puede alargar, y con unos resultados inciertos sobre los que nadie quiere pronunciarse.

Permisos justos Después de los Jordis, han salido de la prisión Carme Forcadell y Dolors Bassa con permisos para cuidar a sus familiares, y se anuncia la contratación del exconseller Forn, que podrá salir para trabajar de lunes a viernes, y es de esperar que el resto de dirigentes presos accedan a esta misma situación penitenciaria. Es una buena noticia desde el punto de vista humano, porque padecieron una prisión preventiva exagerada, y también político, porque se favorece el clima de negociación, y además salen cumpliendo escrupulosamente las normas del régimen penitenciario.