Vocación exportadora

Las empresas leridanas exportan el doble de lo que importan según los datos del informe mensual del comercio exterior del ministerio de Industria, Comercio y Turismo, conocidos esta semana, que arrojan una cifra récord para las exportaciones leridanas, que llegaron durante el año pasado a los 2.121 millones de euros, pese a que el ritmo de crecimiento de las ventas al exterior en el conjunto estatal se ha ralentizado y sólo aumentaron un 1,8 por ciento, a menor ritmo desde 2010. En Lleida, el ritmo de crecimiento fue similar, un 1,9 por ciento, pero se ha mejorado con respecto al año anterior en que el volumen de exportaciones prácticamente se había estancado con un 0,3 por ciento. Es significativo en los datos del año pasado que el sector que más exporta, el de alimentación y bebidas, que representa más de la mitad con 1.333 millones de euros vendidos, registra una disminución del 2,5 por ciento respecto a 2018, mientras que el resto de sectores exportadores crecieron a mayor velocidad, con especial comportamiento del de bienes de equipo, que aumentó un notable 15,4 por ciento.

Con esta evolución se reduce la dependencia del sector exportador de la fruta y los productos agrarios, que han estado a expensas de decisiones políticas como el veto ruso o los aranceles introducidos por Trump en su guerra comercial con Europa por las ayudas de la UE al Airbus, pero al mismo tiempo se corrobora la fidelización de los mercados europeos a la fruta de Lleida y la apertura de nuevos mercados, especialmente en el continente asiático, para algunos productos cárnicos y bienes de equipo. Es interesante esta diversificación de las exportaciones, que también refleja otro récord del año, y es que se ha alcanzado el máximo histórico de empresas leridanas que exportan al llegar a 940. Casi un millar de empresas han buscado el mercado exterior como salida para sus productos, algo que refleja la vocación exportadora de nuestras empresas, obligadas a buscar nuevos horizontes para su producción. Los expertos llevan años asegurando que en una economía globalizada como la que estamos viviendo, las exportaciones son el futuro para las empresas, y lo que hay que pedir es que decisiones políticas como el Brexit o la guerra comercial no empañen el trabajo de apertura de nuevos mercados.