Actitud positiva ante el confinamiento

Mientras la negra estadística del coronavirus sigue su implacable ascensión y llegamos a la triste cifra de mil muertos con casi veinte mil infectados, cumplimos la primera semana de confinamiento tras la alarma decretada el pasado sábado y de cara al fin de semana hay que extremar más que nunca las precauciones y cumplir las recomendaciones sanitarias y las órdenes gubernamentales. No pueden repetirse escenas como las del pasado fin de semana, con un éxodo masivo en ciudades como Madrid hacia localidades playeras o con desplazamientos masivos a las segundas residencias porque es una grave irresponsabilidad y un delito que puede extender aún más los focos de la pandemia y poner en peligro a muchas personas en situación de riesgo, especialmente en los pueblos con una edad media elevada y en los que hasta ahora no se ha registrado ningún caso. Todos debemos ser conscientes de que para frenar la expansión del virus es imprescindible seguir las recomendaciones sanitarias y cumplir el confinamiento, porque de lo contrario la cifra de infectados y fallecidos puede multiplicarse. Por pesado que se haga el confinamiento, especialmente entre los más jóvenes, hay que pensar que mucho más duro es contraer la enfermedad o facilitar que la contraigan personas próximas, por lo que hay que adaptarse y cumplirlo. Para hacerlo más llevadero, desde el departamento de Salud se han hecho diversas recomendaciones, que van desde evitar el sedentarismo, aunque estemos en nuestras casas, mantener una alimentación saludable, usar la tecnología y las redes de forma responsable hasta procurar que los niños mantengan unos horarios con límites para estar frente a las pantallas potenciando los juegos educativos. Pero todos los psicólogos coinciden en que el principal mensaje para todos los ciudadanos que tenemos que estar confinados es mantener una actitud positiva, asumir el encierro como un acto de responsabilidad para favorecer el bien común, pensar que en nuestros hogares tenemos suficientes opciones para divertirnos, formarnos y compartir el tiempo con nuestras familias y valorar que por encima de todo está la salud, que obliga a sacrificios como el encierro. Tiempo habrá para reflexionar sobre lo que se ha hecho mal, para preocuparse por el futuro y hasta para exigir responsabilidades, pero ahora es fundamental mantener una actitud positiva y no derrotista. Porque la cosa puede durar.