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El presidente del Gobierno convocará la próxima semana a todos los partidos políticos para impulsar unos nuevos Pactos de la Moncloa similares a los suscritos en 1977 para alcanzar un gran acuerdo que impulse la reconstrucción social y económica de España y que tenga como bandera la unidad que necesita el país, según concretó en el pleno del Congreso del jueves, que refrendó la ampliación del periodo de alarma hasta el 25 de abril. En principio, toda idea de pacto, de consenso, de gran acuerdo es positiva y más en situaciones de emergencia como la que vivimos porque implica consensos en las líneas de actuación, respaldo a las decisiones pactadas y mayor legitimación para la acción de gobierno. Pero también hay que preguntarse, como hacen desde la oposición, “pactos, ¿para qué?”, asegurando a continuación que no los habrá si es para otorgar un cheque en blanco al Gobierno o para limitarse a refrendar sus decisiones acallando posibles críticas o como hacen los partidos independentistas si estos nuevos pactos son para laminar sus competencias y para reforzar la centralidad aprovechando la emergencia. De momento, no parecen entusiasmados con la propuesta del Gobierno, aunque lógicamente habrá que conocer las propuestas de Sánchez para saber cómo quiere conseguir la reconstrucción social y económica del país. Y también habría que poner en su contexto aquellos pactos del 77, mitificados por los defensores de la transición, pero que también exigieron notables ajustes e importantes sacrificios a los más desfavorecidos y renuncias ideológicas básicamente de la izquierda para intentar consolidar la democracia. Fueron positivos para la economía en unos momentos desastrosos, pero tampoco fueron la panacea que algunos venden ahora y tampoco estamos en un momento similar porque ahora la crisis, básicamente, es sanitaria, aunque después se plantee el problema de recuperar la situación anterior, pero ahora tenemos un sistema productivo que hasta ahora no se ha visto dañado y unas disponibilidades económicas que en el 77 tampoco existían. No obstante, cuanta más gente esté de acuerdo en la línea a seguir, mejor y bienvenidos sean los pactos, a nivel local o a nivel nacional, porque todos los apoyos serán bienvenidos para recuperar la economía, pero si estamos ante un problema global, también habría que reclamar una respuesta mundial, o al menos de la supuesta Europa unida.

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