Problemas de comunicación

El lío que se ha organizado con las rebajas entre el ministerio de Sanidad y el de Industria y Consumo con interpretaciones contradictorias muestra como la coordinación y sobre todo la comunicación a los ciudadanos es una de las cuestiones a mejorar por el Gobierno. El sábado se publicaba en el BOE, cuando media España se preparaba para entrar en la fase 1 y la otra seguía en fase 0, una disposición de Sanidad en la que se prohibían las rebajas en las tiendas físicas y solo se permitían online, pero ayer, tras las críticas del sector, el ministerio de Industria, Comercio y Turismo matizó que sí se permiten siempre que no haya aglomeraciones ni masificación. Se han dado rectificaciones similares sobre la generalización de las pruebas o la obligatoriedad de las mascarillas, sobre el viaje a residencias dentro de la misma fase y provincia, sobre la ocupación de los vuelos, sobre los horarios de salidas o sobre la interpretación de las fases de la desescalada o sobre la adscripción de una zona a otra, de forma que según el mismo coordinador, por ejemplo, Valencia estaba siendo una zona modélica y al día siguiente no cambia de fase sin que den mayores explicaciones a su presidente. Con el globo sonda lanzado ayer sobre la prórroga de un mes para el estado de alarma, todo apunta a que se seguirá un proceso parecido de anuncios y matizaciones sobre un criterio distinto para conseguir los apoyos parlamentarios necesarios como ya sucedió en la última votación. Y aunque ciertamente es complicado gestionar una crisis desconocida hasta ahora, y también la comunicación de la misma, lo primero que habría que exigir es que no nos confundan más a los ciudadanos con versiones contradictorias sobre lo que deciden. En estos casos se recomienda claridad, concisión y empatía para buscar complicidades, y nos hemos encontrado con propaganda más que comunicación, y en esto han coincidido el Gobierno central y el catalán con comparecencias diarias, exhaustivas, repetitivas y con mensajes más políticos que sanitarios, de forma que mientras unos recurrían a un tono bélico, con el error de incorporar militares a sus ruedas de prensa, otros seguían con su tesis de aquí lo hacemos antes y mejor y todo lo que hacen allí está mal. Si no hay nada nuevo que anunciar o comentar, es mejor callar, pero cuando comuniques algo tienes que hacerlo para que te entiendan todos y asegurarte de que no tendrás que rectificar al día siguiente.