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En medio de los anuncios sobre desescalada y fases de movilidad provocadas por el Covid-19, un clamor se está extendiendo por las comarcas del Pirineo y buena parte de la Catalunya rural para oponerse a la creación de la Agencia de Patrimonio Natural que impulsa la Generalitat con una proposición de ley que fue consensuada por JxCat, ERC, PSC y los comunes. Curiosamente, la creación de un organismo que tiene como objetivo la conservación de la diversidad y el patrimonio natural está encontrando una fuerte oposición precisamente en el medio rural y en las comarcas que teóricamente debe proteger porque simple y llanamente no se han sentido representados en la elaboración de la ley, ni tampoco en el futuro organismo donde piensan que hay una sobrerrepresentación de naturalistas y ecologistas en detrimento de representantes del mundo agrario y forestal y de los municipios afectados. Y también curiosamente son los mismos representantes de los partidos que consensuaron la ley los que se oponen en comarcas plasmando las diferencias de criterio entre Barcelona y el territorio, de la misma forma que resucitan las viejas tensiones entre ecologistas por una parte y el mundo agrario y forestal de las comarcas. En la Diputació de Lleida una moción del PSC para que se paralizara la creación de la agencia contó con el apoyo de tres diputados republicanos de la montaña y la abstención del resto de grupo y de JxCat y también se han posicionado en contra de la agencia los consells de los dos Pallars, Alt Urgell y el Berguedà, además de un centenar de ayuntamientos, consejos de alcaldes y otras instituciones vinculadas al mundo agrario y forestal. Mientras la Generalitat sostiene que ha habido 55 comparecencias de diversos sectores y que cuatro partidos han consensuado el texto, los opositores se quejan de que presentaron 36 propuestas y no se aceptó ninguna y que en palabras del presidente del Sobirà, Carles Isus “primero lo aprueban y luego lo explican” insistiendo en que “no se pueden hacer las cosas menospreciando al territorio” y apelando a romper estas dinámicas. De momento, se ha aplazado la votación que estaba prevista para hoy hasta el día 17 y el conseller Calvet ofrece más representación en el consejo de dirección a los municipios y los sectores afectados, pero sin que la Generalitat renuncie a la mayoría de control. No parece que sea suficiente, pero tendrían que recuperar todos el diálogo perdido.

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