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El Tribunal Supremo ha fijado el 17 de septiembre la vista por el recurso de Quim Torra contra la sentencia por la que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya le inhabilitaba durante año y medio por desobedecer a la Junta Electoral. Al margen de las cuestiones jurídicas con la defensa de Torra esgrimiendo que la desobediencia a la Junta Electoral admitida no ha de ser considerada delito sino que tiene una intencionalidad política, la vista en el Supremo activa el calendario electoral porque, de confirmarse la sentencia, Torra pasaría a estar inhabilitado y no podría seguir como presidente de la Generalitat, salvo que optara por un enfrentamiento directo con el Estado y la desobediencia a su máximo tribunal. Es una opción poco probable que representaría un enfrentamiento total pero también es una de las posibilidades que tiene Torra, que pese a reconocer que la legislatura está agotada se resiste a convocar las elecciones tras la aprobación de los presupuestos, como había prometido antes de que estallara la pandemia. Mientras sea presidente, Torra tiene la potestad de disolver el Parlament y convocar elecciones cuando quiera, pero desde JxCat ya han insistido que mientras dure la situación excepcional generada por el coronavirus no es momento de entrar en campaña electoral, como ha reclamado Esquerra en reiteradas ocasiones. Ciertamente, el estallido de la pandemia alteró en su momento todas las previsiones porque la convocatoria de elecciones solo estaba pendiente de fijar la fecha después de aprobarse los presupuestos, tal como había confirmado Torra, pero la alarma lo ha cambiado todo y JxCat no tiene ninguna prisa, mientras que ERC sí con enfrentamientos entre los socios que han ido subiendo de tono a medida que se apaciguaba la epidemia. Y en la situación en que están parece del todo improbable que pueda ser el vicepresidente Aragonés el sustituto de Torra en caso de inhabilitación, de la misma forma que está prácticamente descartado que pueda elegirse otro presidente si se confirma la sentencia de inhabilitación. Lo más lógico y deseable sería que Torra convocara elecciones para que se celebraran antes de que, como también parece previsible a la vista de su declaración ante el TSJC, sea inhabilitado, aunque obligaría a JxCat a elegir su candidato con urgencia, porque hay coincidencia en que la legislatura está agotada. Pero en Catalunya, hace tiempo que la lógica no sirve

para hacer previsiones.

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