SEGRE

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Hace bien el grupo de científicos que reclaman estudiar por qué España, teniendo un sistema de salud público moderno y con alta cualificación médica, acumula el récord europeo de contagios de Covid-19. Pero este análisis detallado no habría de servir para que los políticos, de aquí y allá, conviertan la crisis originada por la pandemia en un mercado de Calaf de reproches y estridencias, intentando sacar unos réditos electorales inmorales tras tantas muertes y ruina económica. Nadie, absolutamente nadie en el mundo entero ha sabido prever la crisis sanitaria, y si países líderes como EEUU o el Reino Unido han fracasado, es difícil de sostener que Catalunya o España entera lo hayan hecho peor. Esta investigación del altísimo número de positivos y fallecidos en todo el Estado ha de servir para planificar el rebrote más que probable que tendremos en otoño y de cuya gestión ya no cabrán excusas. La Generalitat tardó en actuar en el Baix Segre, conocido como era que casi 30.000 personas tendrían una movilidad muy peligrosa en la campaña de la fruta. Los cribajes y test generalizados debían haberse hecho mucho antes, los rastreadores eran pocos y mal organizados, y los CAP y los hospitales no tenían ni el personal sanitario ni el material para el alud de la primavera. Eso ya está pasado y hay que saber qué falló para no caer dos veces en la misma piedra. Porque si el calor ha diezmado la propagación del virus, que es evidente que sí, cuando vuelva el frío y debamos volver a compartir espacios cerrados, todo apunta a que subirán los casos. Cuando eso pase, y dado que la vacuna es prácticamente imposible que pueda ser ya efectiva en la mayoría de la población o colectivos vulnerables, será crucial la planificación que faltó en primavera y que no ha sido lo suficientemente eficaz en verano. Y para que esta nueva fase la podamos superar sin más muertos y sin arruinar el tejido comercial, hostelero, turístico y empresarial, de Lleida y del mundo entero, se requieren presupuestos y dotaciones económicas, y muchas. Habrá que convivir con el coronavirus todavía bastante tiempo y sin inyecciones económicas rápidas será imposible dotarnos de las medidas de seguridad colectivas que necesitamos para que este mal sueño, además de dolor en muchísimas familias, no deje en la estacada económica a un gran número de personas.

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