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La Conselleria de Salud ha anunciado nuevas medidas que permitirán flexibilizar a partir de la próxima semana las visitas de los familiares a las residencias de mayores. Así, en los territorios donde el riesgo de rebrote es todavía alto, sobre todo la Noguera, el Segrià y el Pla d’Urgell, solo podrá acudir un familiar por usuario y día y se limitará a entre media hora y 45 minutos. Las visitas se permitirán en centros catalogados como verdes (sin casos de Covid) y en las zonas limpias de coronavirus de las residencias naranjas (con positivos, sectorizada y con el brote controlado). Seguirán prohibidas en centros rojos, es decir, donde los brotes no se consideran aún controlados. La decisión es del todo acertada porque la mayoría de personas mayores que viven en los geriátricos lo que más necesitan para su bienestar emocional es la compañía de sus seres queridos. En marzo fue el colectivo más afectado por el coronavirus y las defunciones han dejado un halo de tristeza y desolación en estos centros, que el confinamiento perpetuo solo hace que agravar. En primavera no había forma de atajar la sangría de contagiados y traspasos en las residencias, ahora se debe y se puede mantener la seguridad, y a la vez inyectar un rayo de esperanza a sus usuarios. Una de las lecciones que debemos aprender de la pandemia es la invisibilidad social que tienen los ancianos y la poca prioridad que damos a su bienestar en el contexto político y social. Y la primera piedra del cambio necesario es no someterles a un miedo inhumano encerrándoles meses y meses. Hay que buscar la fórmula para combinar seguridad y visitas. Fumar en la calleTiene razón el coordinador de Emergencias Sanitarias del ministerio de Sanidad español, Fernando Simón, cuando dice que el fumar o no en la calle no es un tema vital para frenar la expansión del coronavirus. Pero también es cierto que, como no todo el mundo tiene la responsabilidad personal hacia los demás necesaria, las precauciones para diezmar la pandemia y evitar rebrotes son bienvenidas. La pesadilla de la Covid-19 no ha acabado.

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