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Poco ha durado el consenso entre autonomías y el gobierno para aplicar criterios conjuntos ante posibles rebrotes del Covid-19, y si el martes se anunciaba que la Comunidad de Madrid había conseguido imponer el café para todos con la aplicación de tres criterios, ayer la presidenta de Madrid rechazaba el acuerdo con Sanidad y exigía “un texto consensuado basado en parámetros técnicos y no en tres genéricos”. Los criterios que marcaban posibles confinamientos eran una incidencia superior a los 500 casos por cada cien mil habitantes en los últimos catorce días, una positividad en las pruebas de PCR superior al diez por ciento, y una ocupación de las UCI superior al 35 por ciento, y parecen suficientemente técnicos para justificar un confinamiento parcial, como ya ha sucedido, por ejemplo, en el Segrià o está sucediendo en diversas ciudades del país. Que en la Comunidad de Madrid diez ciudades, entre las que se incluye la capital, registren un promedio de 892 casos por cada cien mil habitantes, el triple que la media estatal, y no apliquen medidas restrictivas es un escándalo y un peligro para la salud del conjunto de los españoles. Se puede discutir si el acuerdo propuesto por Illa vulnera o no competencias autonómicas, como han hecho algunas comunidades que también se han opuesto, y debería corregirse en este sentido, pero los primeros interesados en controlar la propagación del virus y apoyar las restricciones deberían ser los mismos madrileños, porque por encima de las batallas políticas está la batalla por la salud.

Pobre debate Que después de un mandato marcado por las mentiras, los exabruptos, el negacionismo ante el Covid o la violencia racial Donald Trump siga teniendo posibilidades de repetir mandato y sea el candidato republicano dice bien poco de la democracia estadounidense. En la madrugada de ayer se vivió el primer debate de cara a las elecciones de noviembre y fue un intercambio de descalificaciones entre Biden, que llamó payaso y mentiroso a su antagonista, y Trump, que calificó de socialista, poco listo y hasta le mandó callar al demócrata. Salen perdiendo los ciudadanos.

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