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La Generalitat anuncia más restricciones con el adelanto del cierre a las 22 horas de los comercios que abrían 24 horas para evitar la venta de bebidas alcohólicas a jóvenes y su posterior consumo en fiestas o botellones, que según los expertos se han convertido en uno de los focos de contagio del coronavirus. Nada que objetar si la medida consigue su objetivo, pero, siendo realistas, nada impide que se compren las bebidas antes del cierre si no va acompañada de otras complementarias como la vigilancia de las zonas donde se pueden celebrar estas fiestas y del control del consumo de bebidas al aire libre, que ya está penado por ordenanzas municipales. Lo importante sería que todos fuéramos conscientes de los peligros que creamos con nuestras actuaciones que pueden perjudicar a todos los que nos rodean y sería bueno que las autoridades explicaran con transparencia cuáles son los focos de contagio y en qué proporción y así podríamos asumir si está justificado o no el cierre total de la hostelería, que se pueda asistir a un partido de baloncesto en un pabellón cerrado y no a uno de fútbol, con recinto más grande y espacios abiertos, que haya aglomeraciones en el transporte público y se restrinjan los cines y teatros, que se suspendan las clases universitarias presenciales y no se hayan controlado las fiestas en residencias o colegios mayores. O que toda la hostelería esté cerrada en Catalunya, pero se pueda ir a bares y restaurantes a pocos kilómetros pese a que los índices sanitarios son peores o que los mantengan abiertos otras autonomías en estado de alarma. O que se apliquen las mismas medidas en comarcas que prácticamente no han tenido casos en las últimas semanas que en otras con altos índices de riesgo, que no se diferencie entre áreas rurales y urbanas. Son diferencias, y la lista puede hacerse muy larga, que los ciudadanos no entendemos y que pueden crear la sensación de agravio, como ya sucedió en el mes de julio en Lleida, de sectores y comarcas y que necesitan explicaciones claras y concretas para que podamos entenderlas y sobre todo asumirlas. Es evidente que no hay soluciones universales y que nadie las tiene, que ante algo tan novedoso como esta pandemia hay que funcionar con la prueba y error, pero es fundamental que se tengan en cuenta las diferentes circunstancias y situaciones y sobre todo que se expliquen las razones por las que se toman decisiones. Así las cumpliremos sin reparo.

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