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EDITORIAL

La barbaridad de trampas para ciclistas

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Un ciclista de La Seu d’Urgell resultó con heridas en el cuello al chocar en un sendero público contra una cuerda de plástico que alguien había fijado entre una señal del camino y un árbol con el supuesto objetivo de impedir el paso a ciclistas o motoristas. No es el primer incidente de este tipo que hay que lamentar porque un motorista ya había denunciado trampas similares en senderos próximos a Bassella que también le provocaron heridas en el cuello y también en Rosselló un grupo de ciclistas denunció la colocación de trampas en otros senderos de la zona que representaban un riesgo para su seguridad, y hay más casos que no han trascendido pero en los que se han detectado la colocación de cuerdas o hasta de alambres para impedir el paso de todo tipo de vehículos, incluidos ciclistas o motoristas.

Aunque cada caso es diferente, suelen ser propietarios de fincas que quieren impedir el acceso a sus terrenos, vecinos que no quieren que ciclistas circulen por los senderos del bosque o cazadores en otros casos molestos porque se irrumpa en sus cotos, pero es una barbaridad que coloquen trampas de este tipo que pueden provocar alguna tragedia. El acceso a los bosques, y en general a los espacios naturales, está regulado y delimitado con zonas a las que no pueden acceder vehículos, ni motos, y otras que son de utilización pública y por los que se puede circular en bicicleta sin poner en riesgo la vida.

Nada que objetar a que los propietarios o usufructuarios de espacios privados restrinjan el acceso, pero que no recurran a trampas mortales, escondidas, de las que no puede percatarse el ciclista hasta que las tiene encima, causándole un daño irreparable. Hay que buscar fórmulas en las que puedan convivir unos y otros porque hay suficiente espacio para las actividades agrícolas y ganaderas y las lúdicas si se mantiene el respeto a las normas y a la convivencia, y evidentemente colocar estas trampas con mala fe y el objetivo de causar daño es un delito denunciable y perseguible.

Ahora que llega el verano y volveremos a los bosques, hay que reclamar respeto y prudencia a todos para evitar males mayores.

El paseo de 30 segundos Habían creado tantas expectativas que al final han acabado haciendo el ridículo porque la supuesta reunión entre Biden y Sánchez acabó siendo un paseo de menos de un minuto y poco más que un encuentro protocolario. Las explicaciones posteriores tampoco han ayudado porque hasta Sánchez y su ministra han intentado explicar que en unos segundos le había planteado casi todos los temas de actualidad.

Todos los políticos han buscado su “foto-oportunidad” con los presidentes norteamericanos, pero los asesores de Sánchez se han pasado de frenada..

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