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Turistas sí, pero no a cualquier precio. Las denuncias por infracciones al medio ambiente se han multiplicado por seis desde 2019. La pandemia ha propiciado un cambio de hábitos y los destinos de montaña han ganado adeptos porque las familias se encuentran más cómodas en un entorno natural, al aire libre y menos masificado.

Este aumento de visitantes es un bálsamo para la economía del Pirineo en plena crisis económica derivada de la sanitaria, pero la otra cara de la moneda es que también se han incrementado los rescates de montaña por parte de los Bomberos y las infracciones en zonas protegidas. La Unidad Regional de Medio Ambiente (URMA) de los Mossos d’Esquadra en la región policial del Pirineo Occidental ha contabilizado 110 infracciones entre el 1 de abril y el 30 de septiembre. En este mismo periodo del año en 2020 fueron 77 y en 2019, tan solo 18.

Es decir, un 42% más. Los Mossos advierten que hay personas que llegan a la montaña y se creen que no hay ninguna norma, como si el Pirineo fuera un parque temático en el que todo está permitido. Les preocupa, especialmente, que haya empresas que se lucren organizando actividades que están prohibidas.

Por todo ello ven necesario activar un plan de acción que frene los comportamientos incívicos. Recientemente, se han tenido que instalar carteles en distintos puntos de la montaña recordando a los turistas que no se pueden acercar a los rebaños y que tienen que llevar a los perros atados. En algunas poblaciones, además, se ha apostado por una señalización un tanto irónica para recordar el funcionamiento del mundo rural, en el que las campanas tocan cada hora y los gallos cantan de buena mañana.

Incluso se ha tenido que regular el acceso a lugares tan emblemáticos como la Pica d’Estats porque la masificación era alarmante. No son casos aislados. La pandemia ha descubierto los atractivos del Pirineo a miles de personas que optaban por destinos urbanos.

Estos visitantes no se pueden perder, pero obligan a controlar y regular el medio natural. La URMA asesora a ayuntamientos, direcciones de parques y consells para que puedan elaborar ordenanzas o normativas. Mejor prevenir que curar.

La convivencia es posible y necesaria.

El ‘huerto’ de Europa

Las comarcas de Lleida se han convertido en el huerto de Europa de cultivo de marihuana. Algunas mafias, procedentes de países como Albania, se han instalado en Ponent para producir y traficar con esta droga.

Recientemente, un mosso resultó herido al disparársele una trampa en una plantación en Alcoletge. El sábado, en Les Borges Blanques, se denunció un crimen en un narcoasalto. Una escalada de violencia a la que habrá que estar alerta.

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