LA CONTRACRÓNICA
Invictos y reforzados
Dos jugadores pugnan por el balón en una acción del partido de ayer.
El Lleida es uno de los clubes a los que las últimas horas en las que está permitido fichar en el mercado de verano, le sientan bien. Es el momento de aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado, siempre que previamente se hayan hecho los deberes y no haya urgencias. El Lleida los había hecho y, en el cierre del plazo en el que está permitido fichar, aprovechó la ocasión para reforzar su juego ofensivo con Manu Molina, un jugador seguramente inaccesible hace dos semanas. Los futbolistas buscan el mejor destino posible, donde puedan obtener una mayor ficha y, con el cierre del mercado, solo tienen dos opciones: quedarse sin equipo o aceptar una oferta más modesta. El caso es que el nuevo aún no ha debutado, pero el equipo lleva tres semanas invicto en la Liga y en la Copa. Lo dicho, los deberes hechos.
Si un club llega al cierre del plazo con urgencias, lo tiene mal. Y el Barcelona es un ejemplo. Lo que quiere suele estar entonces a un precio muy caro.
En cualquier caso, se producen varias situaciones absurdas en el cierre de los mercados. Una de ellas es que los clubes pueden seguir dando altas y bajas con la competición empezada. De entrada, no es serio. Hace unos años, cuando la Liga comenzaba en septiembre, tenía lógica que el plazo acabara el 31 de agosto. Pero desde que la competición se inicia en la tercera semana de agosto, debería acabarse antes el plazo. Y después está la “marca España”. Mientras en Europa el plazo acababa el 31 de agosto, en España se aprovechaba un día más, el 1 de septiembre.
El otro absurdo es la hora del cierre. Las doce de la noche. Lo lógico es que, como ocurre con la Segunda división B, el plazo acabe a las 18.00, coincidiendo con el cierre de las oficinas de la Federación Española de Fútbol. Pero, ¿a las doce de la noche? Totalmente ridículo.
Como escandalosos son los precios que se pagan. Es de suponer que las respectivas Agencias Tributarias de cada país, estén encima de las operaciones de los traspasos, sean por la cantidad que sean, pero con mayor motivo en las de las estrellas o supuestas estrellas.
