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Gerard Albadalejo, con un jugador del Hércules, en un momento del partido de ayer.

Gerard Albadalejo, con un jugador del Hércules, en un momento del partido de ayer.ITMAR FABREGAT

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El creador de la Ford Motor Company, Henry Ford, pasaba por ser un hombre resolutivo. Afirmaba que “la mayoría de las personas gastan más tiempo y energías en hablar de los problemas que en afrontarlos”. El presidente del Lleida, Albert Esteve, también ha demostrado en los siete años de historia de este club que en cuestiones deportivas, no le gusta perder el tiempo y que cuando surge un problema –y en fútbol, no ganar partidos lo es–, opta por solucionarlo lo antes posible.

Pero el fútbol no es como las matemáticas y dos y dos a veces no suman cuatro. Desde que el Lleida Esportiu se puso en marcha, Esteve no ha ocultado que su objetivo es llevar al club hasta el fútbol profesional. La disputa de tres play off es una buena prueba de ello. Y esta temporada, el objetivo no ha variado. Pero el equipo, tras un buen inicio de temporada, en el que llegó a situarse en posiciones de play off, lleva seis jornadas sin ganar, ha sumado solo 3 de los últimos 18 puntos en juego y se ha atascado en la clasificación. Eso, para Albert Esteve, es un problema.

Y ya lleva tiempo buscando soluciones que, en fútbol, pasan por mover cromos. Ya es habitual que en cada mercado de invierno el Lleida incorpora jugadores, unas veces con más acierto y otras con menos, pero los jugadores del Lleida ya deben saber que se les contrata para que den resultados.

Esteve conoce también la mentalidad del aficionado del Lleida que, al fin y al cabo, no es muy diferente de la del aficionado de cualquier otro equipo. Quiere ganar. Salvo los seguidores de pedra picada, que van al campo haga frío o calor, haya niebla o lluvia, a la gran mayoría no les gusta sufrir y lo que quieren es ver a su equipo luchando por objetivos ambiciosos. Es una obviedad que en un play off el campo se llena y que, si no hay nada en juego, en el Camp d’Esports estamos en familia. Así las cosas, también es una obviedad que habrá caras nuevas en el equipo y, aunque hay una plaza libre, al club no le temblará el pulso si hay que liberar más fichas.

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