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Jorge Félix y Moustapha celebran el gol del empate marcado en la primera mitad.

Jorge Félix y Moustapha celebran el gol del empate marcado en la primera mitad.CARLES MIRANDA

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Afirman los expertos que el primer paso antes del desarrollo de una estrategia o intervención ante una situación adversa, es identificar el problema y sus causas subyacentes. El Lleida encadena, tras la derrota de ayer en Olot, ocho jornadas sin ganar, en las que ha sumado solo 4 puntos de los 24 en juego y ha pasado de estar en zona de play off, tras un prometedor inicio, a situarse cada vez más lejos de la cuarta posición, en un preocupante momento actual.

Es de suponer que por una cuestión de autodefensa o, tal vez por creer que confesar las causas del problema puede considerarse un síntoma de debilidad, Gerard Albadalejo lleva varias comparecencias ante los medios de comunicación mostrando una aparente tranquilidad ante la falta de victorias en la Liga y negando cualquier posible problema que las pueda explicar, más allá de los pequeños detalles. No es una cuestión física, no falta actitud, dice estar contento con el trabajo que hace el equipo y, dado que él es quien mejor conocer la realidad de la plantilla, hay que considerar que si lo afirma, así debe ser.

Pero el equipo no gana y corre el serio riesgo de verse en una situación como la de la pasada temporada, obligado a firmar una segunda vuelta perfecta para lograr el objetivo del play off. Y ya se vio que eso es muy complicado.

Es cierto que hay partidos que se ganan o se pierden debido a los pequeños detalles. Pero ocho partidos sin ganar son muchos detalles y tal vez ya no sean tan pequeños. La solución pasa por encontrar las causas. Si el técnico las tiene claras, debe tener también las soluciones. En cualquier caso, seguro que es algo más que pequeños detalles. Encajar tantos goles de cabeza –10 de los 18 de la Liga– lo es.

En medio está la Copa del Rey, donde el equipo está teniendo una trayectoria magnífica. Eso no puede ser un problema, aunque la plantilla sea más bien corta. Es inevitable que haya incorporaciones en el mercado de invierno. Y el equipo cierra el año el domingo recibiendo al Sabadell de Toni Seligrat. No es tranquilizador.

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