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Javi López lucha un balón ante un jugador del Olot.

Javi López lucha un balón ante un jugador del Olot.AMADO FORROLLA

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Lo dijo Eneko Satrustegi en la sala de prensa. “Puede ser el fin de semana más feliz”. Y no se refería al hecho de que Lleida estará inmerso en plena Festa Major. Se refería al hecho de que quizás, al filo de las ocho de la tarde, sobre el césped de la Nova Creu Alta, el Esportiu esté celebrando su cuarto play off en sus siete años de historia. Cierto que, a falta de un partido por disputarse, el equipo está, ahora mismo, a tres puntos del Cornellà, cuarto, a dos del Ebro, quinto, y a uno del Ontinyent, sexto.

Sí, parece dificil, casi imposible, pero puede darse la carambola porque los otros aspirantes no lo van a tener fácil. El Cornellà va a jugársela en el campo del At. Saguntino, uno de los campos más hostiles de la categoría para el visitante y que va a quemar las últimas opciones –solo le vale ganar y además, esperar– para mantenerse en Segunda B. El Ebro viaja a Son Malferit a vérselas con un At. Baleares que también necesita la victoria si quiere quedarse en la categoría y el Ontinyent recibe en El Collao al Alcoyano, su vecino, que es verdad que no se juega nada, pero que es su rival por antonomasia. Y en los clásicos, ya se sabe, con tal de machacar al contrario todo vale.

Todo eso es cierto como también lo es que al Lleida solo le vale ganar. No le vale otro resultado ante un Sabadell que, de la mano de Seligrat, se ha convertido en el rey del empate de la Segunda B. Pero puede hacerlo pensando además que tanto a Ontinyent, Ebro y Cornellà les tiene el average particular ganado. Cosa nada desdeñable a estas alturas del campeonato.

Y ahora viene la pregunta del millón dirigida a los aficionados. ¿Con todos esos alicientes, te lo vas a perder? ¿No merece la pena un último sacrificio y hacer la penúltima “marea azul” en Sabadell? Está aquí al lado, con un buen horario y la posibilidad, móvil en mano, de vivir una jornada de lo más emocionante. El Esportiu ya ha vivido esa sensación irrepetible, dos veces con Toni Seligrat y una con Imanol Idiakez. Ahora Gerard Albadalejo puede ser el tercero en lograrlo. O al menos, intentarlo.

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