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Jorge Serna y Miki Feliu dan instrucciones a los jugadores en pista.

Jorge Serna y Miki Feliu dan instrucciones a los jugadores en pista.ÒSCAR MIRÓN

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Tras muchos meses sin baloncesto, demasiados bajo mi punto de vista, anoche se alzó el telón a esta nueva temporada que debe suponer un punto de inflexión para el futuro del Força Lleida. El agónico sufrimiento hasta la última jornada en el pasado curso debe servir para enderezar el rumbo y no caer en los mismos errores. Suficiente tiempo ha habido para analizar y tomar decisiones.

Acertar en el fichaje de jugadores no es tarea fácil pero la considero determinante para cumplir los objetivos marcados.Muchos interrogantes rodean a la plantilla para hacer frente a una LEB Oro que es cada vez más exigente, pues se ha optado por una renovación total del roster incorporando jugadores de perfiles muy diversos. Por una parte no se ha contado con la continuidad de los canteranos Marc Rubín de Celis y Sutina. Por otro lado, la precaria situación económica de la entidad ha hecho imposible la renovación de jugadores importantes. Marc Martí, ha sido requerido por el Zaragoza. Y han causado baja los pivots Hermet, Karena y Olaizola. Ha llegado como director de juego en el puesto de base, Turner. Un jugador que si bien no ofrece dudas en cuanto a su capacidad física y atlética, deberá hacer un esfuerzo en dirigir a su equipo en una Liga de mayor exigencia táctica. Chapela deberá ayudarle. El combo Quintela debe ser la referencia exterior del equipo junto a Djuran, excelente tirador que debe dar un paso a delante en cuanto a regularidad. La posición de 4 parece bien cubierta con Kyei y Stutz. Para completar el juego interior ha llegado Fall. La impresión es que la plantilla ha mejorado en músculo y capacidad atlética. Estamos ante un equipo que si, como ocurrió ayer ante Palma está acertado, presenta capacidad de ganar a cualquiera y luchar por grandes metas durante la temporada.

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