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Los jugadores del Lleida celebran el gol de Juanto Ortuño con los aficionados leridanos que se desplazaron hasta Olot.

Los jugadores del Lleida celebran el gol de Juanto Ortuño con los aficionados leridanos que se desplazaron hasta Olot.CARLES MIRANDA

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Reza un dicho popular que “segundas partes nunca fueron buenas”, lo que podría extenderse a segundas oportunidades, pero en el caso del Lleida Esportiu con el técnico Gerard Albadalejo está dando, por el momento, un buen resultado. El joven técnico barcelonés, al que el club le dio la oportunidad de pilotar un equipo de Segunda B por primera vez la pasada temporada, no cumplió el pasado campeonato el objetivo de entrar en el play off. Se le cuestionó desde el propio club, aunque luego se dijera que siempre había sido la primera opción y que se confiaba plenamente en él. De hecho, fueron varios los entrenadores a los que se sondeó –reconocidas las negociaciones por los propios interesados– sin que se llegase a un acuerdo. Se le dio, por tanto, un nuevo margen de confianza a Albadalejo, justo lo que había ocurrido antes con Imanol Idiakez (al que ayer destituyeron en un Real Zaragoza con demasiadas urgencias) y Toni Seligrat, pero esta vez con más exigencias si cabe que la pasada temporada y aspirando, incluso, a quedar campeón de grupo.

Gerard Albadalejo y su staff técnico están respondiendo bien a esa ‘presión’, aunque también es justo reconocer que la calidad de la plantilla de este año, con buen fondo de armario incluido, es muy superior a la de las dos últimas temporadas.

Nueve jornadas disputadas y el equipo permanece invicto y a solo dos puntos del líder, el Hércules, que es precisamente el próximo rival el sábado en el Camp d’Esports. Será otro examen importante, aunque ni hay que rasgarse las vestiduras si se pierde ni tampoco caer en una desmesurada euforia si se gana. Eso sí, la afición tiene todo el derecho a soñar con que este año sí irá la vencida y se logrará el objetivo de ascender a la categoría de plata donde el Lleida fue un clásico durante muchos años.

El Lleida, tras la eliminación de la Copa que suele ser un premio envenenado para los modestos de cara a su rendimiento en la Liga, logró ayer en Olot su primera victoria fuera de casa de la temporada. Llegará a tope ante el líder.

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