SEGRE
Eder trata de llegar al balón ante el guardameta visitante, Loscos.

Eder trata de llegar al balón ante el guardameta visitante, Loscos.JORDI ECHEVARRIA

Creado:

Actualizado:

Con el partido de ayer, en el que el Lleida solo sumó un punto tras un triste empate ante el Ebro, que alarga a cuatro las jornadas sin ganar, el Camp d’Esports se despidió de la Liga hasta el 5 de enero, fecha en la que el equipo reemprenderá la competición ante el Castellón. Antes de que acabe el año, al Lleida le quedan dos salidas consecutivas, Cornellà y Sabadell. Y en ellas, la obligación de reencontrarse con la victoria, después de que la velocidad de crucero en que se había instalado la nave que dirige Molo, se haya visto frenada en seco por averías que el técnico debe arreglar de inmediato.

Decía Molo el viernes que estaba “ocupado”, pero no “preocupado”, por esta mala racha. Cita que, por cierto, ha copiado de un reciente predecesor que no acabó el curso pasado. Para preocupados ya empiezan a estar los seguidores y, conociendo la casa, sin duda alguna también lo están en los despachos del Camp d’Esports. No es osado predecir que habrá movimientos en el mercado. El Lleida exige unos resultados que ahora no se están dando. Por cierto, dado que es evidente que esconder lesiones no sirve para ganar partidos, Molo podría abandonar esta práctica.

Queda un último partido en el Camp d’Esports, un regalo, tal vez ahora envenenado, ante el Espanyol en la Copa. El club pondrá esta semana a la venta entradas a precios razonables, con atención especial a los socios. Será interesante ver cómo responde la afición.

tracking