SEGRE

LA CONTRACRÓNICA

...Y el público se lo está perdiendo

El Lleida se coloca segundo tras ganar al Badalona (1-0)

El Lleida se coloca segundo tras ganar al Badalona (1-0)CARLES MIRANDA

Creado:

Actualizado:

La palabra mitin, castellanizada del vocablo inglés ‘meeting’ (reunión), según la definición que se puede encontrar en el Oxford Dictionary, tiene dos acepciones. La primera se refiere a una “reunión de personas en donde uno o varios oradores pronuncian discursos de tema político o social”, mientras que la segunda se refiere a una “reunión deportiva de corta duración (uno o dos días) en el que se disputan distintas pruebas de competición, normalmente de atletismo o ciclismo”.

Lo que no aclara ni ese diccionario ni ningún otro, es por qué los responsables de tomar las medidas que eviten la propagación de la Covid-19, entienden que en el primero de los casos puede asistir público y en el segundo no. Será que el virus no soporta las estupideces, bravuconadas, fanfarronadas y promesas que no piensan cumplir y que sueltan los políticos ante el micrófono, y por eso allí no hay riesgo de contagio. En cambio, al virus sí que le gusta el espectáculo deportivo y por eso no se permite que asista público.

El Lleida se impuso ayer por 1-0 al Badalona, con lo que encadenó su segunda victoria en la recién iniciada segunda vuelta de la Liga y se postula como firme candidado al play off de ascenso. Y el público se lo perdió, porque no puede acudir a un estadio al aire libre con capacidad para 13.000 espectadores. El Força Lleida está haciendo una temporada espectacular, también oposita al play off y a sus vibrantes partidos tampoco puede acudir la afición. Juega en un recinto con capacidad para 6.000 espectadores, donde sí pueden celebrarse sucedáneos de una cabalgata de Reyes Magos. Con público, por supuesto. El Lleida Llista también está firmando una temporada brillante sin público que lo pueda ver.

Pese al todo cerrado, el virus no remite. La culpa de que las medidas no funcionen es siempre de los ciudadanos y, mientras yo no puedo ir al bar a tomar un café, sí que puedo subirme a un tren y plantarme en otra comunidad sin que nadie, ni al salir ni al llegar, me diga absolutamente nada.

tracking