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© Rajoy el Silencioso
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© Juan Cal
Tantas veces se ha dicho que ya no sorprende a nadie: Mariano Rajoy será más conocido por sus silencios letales que por sus discursos a veces demasiado plúmbeos, cuando no claramente confusos. Nunca nadie antes había sido capaz de mantener en secreto los nombres de los nuevos ministros. Todos los nombres. A diez minutos de su entrevista con el Rey sólo se sabía que saltaban del Ejecutivo García Margallo y Fernández Díaz. Dos ministerios importantes, Exteriores e Interior, que ahora pasan a manos de un perfecto desconocido: Alfonso Dastis; y del exalcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido. Ambos deberán decidir si sus respectivos ministerios siguen con la “guerra sucia” contra el Procés o prefieren dedicarse a la cooperación y a la seducción. Claro que, mucha seducción no va a haber cuando la responsabilidad de Administraciones Públicas pasa de las manos de Montoro a las de Sáenz de Santamaría, verdadera inspiradora de la “brigada Aranzadi”. Al menos habrá un hombre suave y educado como portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, que suma esa función a la de titular de Cultura, Educación y Deporte. ¡Qué pena que el rumor de Duran Lleida haya resultado únicamente sólo eso: un rumor! Su presencia en el Ejecutivo español habría dado un toque catalán mucho más intenso que el que puede ofrecer Dolors Montserrat, cuyo nombre no figuraba en las quinielas previas porque alguien interpretó que “joven y catalana” quería decir Andrea Levy. Lo que todos daban por hecho era Cospedal en Defensa.