Todas las imágenes y contenidos de SEGRE.com tiene derechos y no se permite su reproducción y/o copia sin autorización expresa.
© Òscar Mirón ha dejado un inmenso vacío en la redacción de SEGRE.
SEGRETodas las imágenes y contenidos de SEGRE.com tiene derechos y no se permite su reproducción y/o copia sin autorización expresa.
© Juan Cal
Nunca resulta fácil enfrentarse a la muerte de alguien próximo, estimado. Ni siquiera cuando estamos preparados por una larga enfermedad, el momento de la pérdida, de la separación es duro, muy doloroso. Pero cuando ocurre de repente, de forma inesperada, el choque es tan brutal, tan devastador, que cuesta rehacerse de él. Òscar Mirón era –¡qué duro es hablar en pasado de alguien tan vivo, tan presente hace apenas unas horas!–, por encima de todo, una persona bondadosa. Sí, también un gran profesional y un gran compañero, pero sobre todo era bueno, tal como indicaba su aspecto bonachón y tranquilo. Ofrecía magníficas fotografías y se preocupaba por la profesión del fotógrafo, por las nuevas técnicas, por la expresión de las imágenes. Había participado en exposiciones y sentía curiosidad por los grandes artistas de la luz. Hace ya veinte años que se movía discreto por la redacción del diario, que daba sus opiniones en el comité de empresa, implicado en la mejora de las condiciones de todos sus compañeros y en relación con las instituciones, en los actos públicos. Su honestidad y su compromiso profesional le puso a veces en peligro frente a quienes no respetan la libertad de información, pero siempre prefirió resolver discretamente cualquier conflicto, sin alharacas, sin querellas, ni discusiones. Compañero, amigo, padre, gran profesional, su memoria perdurará por muchos años entre quienes le conocimos. Descansa en paz, Òscar Mirón Mojonero, será difícil imaginar la redacción de SEGRE sin tu presencia amable y generosa.