La versión republicana del Govern (vicepresidente Aragonès, consellera Vergés y conseller Bargalló) apareció ayer en solemne rueda de prensa para anunciar cómo será el próximo curso escolar; algo que los padres necesitan aclarar con urgencia y no sin angustia. También lo necesitan los miles y miles de profesores que serán los encargados de llevar a la práctica los planes del Govern en materia de escolarización post-Covid. Primero se habló de desdoblar clases, buscar espacios físicos alternativos y contratar profesores para asegurar que en las clases se pudieran cumplir los requisitos de distancia social. Ahora, la conselleria de Educación cambia y habla de grupos sociales estables y descarta medidas que, por su carácter restrictivo, tendrían efectos poco aconsejables en la socialización de los menores.
Bargalló anunció 370 millones de inversión y la contratación de 6.000 nuevos profesores, medida considerada insuficiente por padres y sindicatos –comprensible– pero también por el presidente de la Generalitat, y miembro de la otra parte del Govern de coalición, que aprovechó una comparecencia pública para ampliar esa inversión hasta los 450 millones de euros y la contratación de profesores hasta los 10.000, casi el doble de lo anunciado por el titular del departamento. Una confusión que en nada ayuda a organizarse para el nuevo curso y que más bien suena a precampaña electoral con los dos socios de gobierno compitiendo entre si por ver quién es el que más dinero y más profesores promete a los electores catalanes.