Por un miserable puñado de votos

Los alcaldes rezan para que en período electoral ningún acontecimiento perturbe la campaña, todo lo contrario que las oposiciones, que anhelan que el azar les brinde la ocasión de hurgar en las deficiencias municipales. Rubí había llegado a un pacto para no utilizar la inmigración como arma arrojadiza, para evitar que la xenofobia o la ignorancia alterasen los debates sobre extranjería. Pues bien, la alcaldesa de esta localidad del Vallès ha vetado la presencia de un grupo de migrantes no acompañados, cuya llegada conocía desde el 2 de mayo. Y no expresó este rechazo el día 3, ni el 4 ni el 5, lo hizo este martes, el mismo día que la representante de la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia (Dgaia) acudió al municipio para intentar explicar, en vano, a los vecinos el cómo y el porqué del acogimiento. La abuchearon, salió escoltada por los Mossos y la primera edil cogió el micrófono y aseguró, alto y claro, que no serán bien recibidos, lo que provocó los aplausos de los manifestantes. Seguro que ha ganado un puñado de votos, pero ha dado un muy mal ejemplo; político y humano. Y en cunto a la Dgaia, estaría bien que además de preocuparse de buscar centros para estos menores, luego hicieran un mayor seguimiento y control que evitaran malos comportamientos de algunos de estos jóvenes en centros de toda Catalunya, en Lleida también, que luegon traen estos lodos.