Cicerón recomendaba la buena disposición para hacer el bien aun no teniendo muchos medios para ello. También él apuntaba a los que prevén las cosas futuras y que en los momentos críticos salen del paso y hallan una solución pronta y acertada. Esa solución pasa ahora por construir un bloque constitucionalista transversal, que permita unidos concurrir a las elecciones ofreciendo un proyecto ilusionante, constructivo e integrador. Un pacto electoral que haga sentir cómodo a todo aquel votante harto de la manipulación independentista, del derroche de dinero hacia el procés, del abandono de los temas sociales y así con tantos temas prioritarios para solucionar la inestabilidad y parálisis que sufrimos. Es posible ganar al separatismo si unimos esfuerzos. Sabemos que la ley electoral sobrerepresenta al nacionalismo. Los votos en Cataluña no valen igual en todas las provincias y eso hace que con menos votos el independentismo siempre consiga más escaños.
Es evidente que un proyecto así requiere de cesiones, de liderazgos de consenso, incluso de poner en valor que en temas concretos todos tenemos opciones y planteamientos distintos, claro que sí, pero por el bien común debemos dar un ejemplo de generosidad. Esa plataforma excepcional debería incluir a Ciudadanos, al PP, y me gustaría que se sumara también el PSC, siendo ejemplar cuando toca trabajar por el bien común. Si el PSC sucumbe a la tentación de rehacer el tripartito con Podemos y ERC nos podría llevar a otra legislatura perdida. Sin embargo, si se sumara al proyecto Mejor Unidos, y además lo hiciera de la mano de plataformas como Sociedad Civil Catalana, y otras entidades sociales y culturales que tanto valor añadido confieren a la pluralidad catalana, la unión tendría mucha más potencia.
El constitucionalismo no debe permitir la fragmentación de proyectos que tienen claros puntos de unión, o veremos una vez más cómo el sistema d’Hondt vuelve a premiar a los de siempre para que sigan perseverando en lo mismo. Ante la amenaza del separatismo de volverlo hacer, es momento de soslayar las diferencias por un bien común superior. La defensa de la libertad, de la unión y de la solidaridad no pueden tener fisuras. Lo tengo claro, en Cataluña estaremos Mejor Unidos.