Montull dice que CDC elevó las mordidas al 4% y Osàcar replica que “todo es mentira”

Jordi Montull, quien fuera director administrativo del Palau de la Música, declaró ayer que las comisiones que CDC cobraba de la constructora Ferrovial, a través de la institución cultural, eran inicialmente del 3%, pero se elevaron al 4% porque el partido “quería más dinero”.

Sin embargo, en la cuarta sesión del juicio del caso Palau, el extesorero de CDC Daniel Osàcar desmintió tajantemente estas acusaciones de financiación ilegal lanzadas tanto por Montull, su hija Gemma (ex directora financiera), y Fèlix Millet.

El extesorero de CDC alega que los convenios con el Palau eran legales y servían para fomentar la cultura

Osàcar alegó que los convenios entre la entidad y la fundación Trias Fargas (afín a Convergència), eran legales y buscaban fomentar la cultura catalana.

Según relató Montull, en un principio era Millet el que mantenía contacto con el extesorero de CDC Carles Torrent, fallecido en 2005, una persona que el acusado dijo que desconocía qué cargo tenía en el partido nacionalista, porque para él era “el recadero”.

Cuando Daniel Osàcar sucedió a Torrent al frente de la tesorería de CDC, fue Montull el encargado de hacer llegar las comisiones pagadas por Ferrovial en metálico: “Yo tenía el dinero en un sobre a punto, él venía, contaba el dinero, lo recogía y se lo llevaba”, detalló. Por su parte, Osàcar precisó que solo iba al Palau para firmar y buscar los convenios de colaboración.

Montull también añadió, como el miércoles hiciera su hija, que CDC les hacía llegar facturas falsas para justificar pagos de comisiones ilícitas de la constructora Ferrovial.

Por el contrario, Osàcar desmintió ante el tribunal todo lo que dijeron sobre él Millet y los Montull: “Lo afirmo con toda rotundidad, es falso, no es cierto”. Subrayó que los convenios entre el Palau y la Trias Fargas conciliaron el objetivo que compartían tanto la institución cultural como CDC de dar un mayor peso en Catalunya al Orfeó Català e impulsar así una “campaña de catalanidad”.

Según él, estos convenios eran legales y su objetivo era “influir” en los casi 600 ayuntamientos gobernados en aquella época por Convergència para fomentar la cultura catalana y, por ejemplo, que en las fiestas mayores “no pusieran solo música andaluza” y no se “olvidaran” las sardanas.

También insistió en que no tenía conocimiento de las obras adjudicadas por administraciones gobernadas por CiU a Ferrovial y alegó que cuando fue tesorero, de 2005 a 2010, Convergència estaba en la oposición en el Parlament, en el ayuntamiento de Barcelona y en la Diputación de Barcelona.

Afirmó a preguntas del fiscal que ella nunca sospechó que Millet y su mano derecha, Jordi Montull, desviaban fondos de la entidad para sus bolsillos o que CDC se financiara irregularmente a través del Palau, ya que la situación económica de la entidad era muy buena y Millet era un hombre reconocido públicamente.

“¿Cómo íbamos a sospechar, si todo iba de maravilla, si nuestro presidente era vicepresidente de la comisión de control de La Caixa, y además el ayuntamiento de Barcelona le iba a dar la medalla de oro de la ciudad?”, se preguntó.

Por su parte, la exconsellera de Justicia de la Generalitat Montserrat Tura negó que avalara la legalidad de convenios entre el Palau de la Música y la Fundació Trias Fargas -afín a Convergència- como declaró Osàcar: “¡Uala! No avalé nada”.