La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y la secretaria de la Mesa, Anna Simó, pidieron este lunes al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya que ampare su “inviolabilidad” parlamentaria y negaron haber desobedecido al Constitucional al permitir votar dos resoluciones pro referéndum. Tras su declaración, Forcadell remarcó que no admitirá que “los poderes del Estado” sean los que decidan de qué se puede hablar en el Parlament y proclamó que la Mesa no puede convertirse en un “Tribunal Constitucional en miniatura” que haga el “trabajo sucio”.
Arropadas por unas 2.000 personas, que se concentraron a las puertas del TSJC, entre los que se encontraban miembros del Govern como el president, Carles Puigdemont, Forcadell y Simó declararon como investigadas ante la jueza Maria Eugènia Alegret a raíz de una querella de la Fiscalía que las acusa de prevaricación y desobediencia al Tribunal Constitucional, por permitir el Parlament votara dos resoluciones a favor de un referéndum.
Ambas, que no contestaron a las preguntas de la juez y del fiscal, arrancaron su declaración con un alegato en el que pedían tanto a la magistrada como a la Fiscalía que cumplieran con su obligación de proteger su inviolabilidad como parlamentarias, principio que, añadieron, es una garantía de la “separación de poderes”.
Tras declarar comparecieron en el Parlament en una rueda de prensa en la que arremetieron contra “la voluntad censora de aquellos que quieren coartar” la libertad de la cámara catalana.“Que nadie tenga ninguna duda, no nos doblegaremos a la voluntad censora de aquellos que quieren paralizar y coartar un parlamento democrático; continuaremos garantizando que el debate, el voto y la palabra sigan siendo pilar fundamental de este Parlamento”, señaló Forcadell.