Édouard Philippe fue designado este lunes como primer ministro, a pesar de que no forma parte del partido político del presidente, Emmanuel Macron, una decisión que tanto Los Republicanos, la formación de la que procede, como el Partido Socialista interpretaron como un ataque a sus filas.
Philippe, diputado de 46 años, comenzó su carrera política en el Partido Socialista pero años después decidió unirse al ex primer ministro Alain Juppé en la fundación de la conservadora UMP, reinventada ahora en Los Republicanos. Juppé, junto a quien Philippe permaneció en las elecciones primarias, fue el primero –y casi el único– en aplaudir su ascenso a Matignon. “Es un alcalde apreciado por sus ciudadanos, es un diputado que conoce los engranajes del poder y le deseo buena suerte”, dijo.
Los Republicanos, en cambio, emitieron un comunicado en el que reprocharon la elección de Philippe y aclararon que no es fruto de una “coalición gubernamental” con La República en Marcha, sino “más bien de una decisión individual”. Asimismo, el primer secretario socialista, Jean-Charles Cambadélis, advirtió a Macron de que la bancada socialista en la Asamblea Nacional no apoyará un Gobierno encabezado por un político de la derecha.