Puigdemont no acata su cese y llama a la “oposición democrática” frente al 155

Carles Puigdemont siguió ejerciendo ayer como president y llamó a los catalanes a responder a la intervención de la Generalitat por el Gobierno español con una “oposición democrática”. El president cesado pidió también evitar la violencia a toda costa. Madrid, por su parte, ignoró el mensaje de Puigdemont y lo dejó en manos de la judicatura.

Carles Puigdemont siguió ejerciendo ayer como president, un día después de que el Gobierno español acordara su cese y el mismo día de que se publicara en el BOE, y compareció al mediodía desde Girona para llamar a la sociedad catalana a responder al artículo 155 aprobado por el Senado con una “oposición democrática”. Puigdemont, que fue cesado junto al vicepresidente, Oriol Junqueras, y 11 consellers (todos menos Santi Vila, que renunció a su cargo el viernes) no lo acata porque solo el Parlament puede cesarle. Puso el acento en resistir “pacíficamente, con perseverancia y perspectiva” a los planes del Gobierno de Rajoy. Durante su breve intervención, apenas dio pistas acerca de cómo procederá el Govern cesado, aunque uno de los debates sobre la mesa del Ejecutivo catalán, que debía reunirse ayer, es la posibilidad de convocar elecciones “constituyentes” antes de final de año. Se barajaba el mismo 21 de diciembre, coincidiendo con la convocatoria anunciada por Rajoy. Puigdemont abogó por “defender las conquistas alcanzadas hasta hoy, ya que el 155 es la consumación de una agresión premeditada a la voluntad de los catalanes”. En esta misma línea se pronunció Junqueras, que tampoco acató su cese. Pidió a los catalanes que sean “conscientes de las dificultades” que pone el Estado para hacer efectiva la declaración de independencia con “esfuerzo y perseverancia”. En respuesta, Madrid ninguneó el discurso de Puigdmont, afirmó que todo el Govern catalán ya está cesado y avisó de que a partir de ahora sus actos los calificará el ámbito judicial. De hecho, el Ejecutivo central ya hizo efectivas ayer más medidas de aplicación del artículo 155: el ministro del Interior cesó al mayor Trapero, los Mossos retiraron las escoltas a los consellers y Fomento asume Aeorpuertos y Ferrocarrils.

El Gobierno español destituye a Trapero y asume la dirección de trenes y aeropuertos catalanes

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La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, asumió ayer las funciones y competencias de la presidencia de la Generalitat tras el cese de Carles Puigdemont en aplicación de las medidas del 155 de la Constitución, mientras que ya han empezado a correr los plazos para las elecciones convocadas por el Gobierno central para el 21 de diciembre.El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, delegó en ella la coordinación con los ministerios que se han hecho cargo de las competencias de las consellerias, después de que todos sus responsables fueran igualmente destituidos. Aunque el Boletín Oficial del Estado publicó en la madrugada de ayer que Rajoy asume las funciones y competencias que corresponden al presidente de la Generalitat de Catalunya previstas en el Estatut, en otro artículo del decreto se especifica que delega esas funciones en la vicepresidenta. Saenz también asume la vicepresidencia de la Generalitat.

Todas estas disposiciones forman parte de las medidas adoptadas por el Gobierno al amparo del artículo 155 de la Constitución, tras la autorización del Senado, que se desarrollan en cinco decretos que entraron ayer en vigor, después de que el Parlament aprobara el viernes la declaración de independencia. Ayer ya se celebró en Madrid la primera reunión presidida por la mano derecha del Sáenz de Santamaria, el secretario de Estado para las Administraciones Territoriales, Roberto Bermúdez de Castro, con los subsecretarios de los ministerios que asumen las competencias del Govern catalán. Se debatieron algunas de las medidas que el Ejecutivo central pretende implantar para devolver a la Generalitat “al orden constitucional” y de “garantizar el funcionamiento” de la administración pública autonómica.

El Gobierno eludió incluir en los reales decretos de cese de Puigdemont y sus consellers catalanes la frase habitual en la que se agradece a los destituidos los “servicios prestados”.